El presidente Donald Trump ha prometido realizar cambios significativos en el sistema migratorio de los Estados Unidos, lo que podría tener un impacto profundo en empresas y trabajadores. En un discurso reciente, Trump expresó: Lo que quiero hacer, y lo que haré, es que si te graduas de una universidad, creo que deberías recibir automáticamente, como parte de tu diploma, una tarjeta verde para quedarte en este país. Este enfoque podría facilitar la permanencia de estudiantes internacionales, que han alcanzado un récord de 1.1 millones durante el ciclo académico 2023-24.
Entre los cambios esperados, se anticipa una expansión de las políticas Buy American, Hire American, lo que conllevaría un aumento en las investigaciones y auditorías del Departamento de Trabajo y los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. Las empresas deberán estar preparadas para inspecciones sorpresa y un escrutinio más riguroso en sus procesos de contratación de trabajadores extranjeros, lo que podría complicar su capacidad para atraer talento internacional.
Otro aspecto crítico es la revisión del programa H-1B, que podría enfrentar restricciones significativas en su elegibilidad. Esto también podría afectar a otras visas, como las L-1, TN y E-3, creando un entorno más restrictivo para los trabajadores extranjeros. Las solicitudes de visa, tanto iniciales como renovaciones, podrían experimentar demoras y un mayor escrutinio, lo que complicaría aún más la situación para las empresas que dependen de talento extranjero.
Además, se espera que la nueva administración limite las autorizaciones de trabajo, poniendo en riesgo programas como la Capacitación Práctica Opcional (OPT) para estudiantes con visa F-1 y la autorización laboral para cónyuges con visa H-4. La eliminación de estas opciones podría restringir el número de candidatos calificados disponibles para cubrir vacantes en el mercado laboral estadounidense, lo que representaría un desafío para las empresas que buscan mantener su competitividad.
Las entrevistas consulares y los controles migratorios al ingresar al país también se endurecerán, lo que podría afectar los viajes de negocios y las contrataciones internacionales. Las empresas necesitan prepararse para posibles retrasos en el inicio de labores de empleados extranjeros y enfrentar dificultades en los viajes internacionales, lo que podría impactar sus operaciones.
Por último, se prevé un aumento en la fiscalización en el lugar de trabajo, con auditorías de documentación sobre empleados extranjeros. Las empresas que no cumplan con sus obligaciones legales podrían enfrentar sanciones monetarias y penales. Para mitigar estos impactos, los empleadores deben revisar sus filas de empleados patrocinados, auditar programas de cumplimiento, evaluar políticas de contratación y asesorarse con abogados de inmigración. La planificación proactiva será esencial para adaptarse a este nuevo panorama legal.