La inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones de 2024 estuvo marcada por su desempeño en los estados pendulares, como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, los cuales jugaron un papel crucial en su retorno a la Casa Blanca. Su campaña, centrada en temas como el control migratorio, la economía interna y el escepticismo hacia la participación global de Estados Unidos, logró movilizar a una base electoral diversa, incluyendo a votantes rurales y de la clase trabajadora. Este triunfo, facilitado por un margen estrecho en algunos de estos estados clave, resalta el poder de los mensajes populistas y la polarización creciente en el electorado estadounidense.
América Latina: Comercio, migración y geopolítica
América Latina observa con incertidumbre el regreso de Trump, especialmente en temas relacionados con el comercio y la migración. Durante su primer mandato, Trump promovió políticas proteccionistas que incluyeron la imposición de aranceles y la renegociación del TLCAN, lo que dio lugar al actual T-MEC. Su postura hacia el comercio con la región podría endurecerse nuevamente, afectando especialmente a México y Centroamérica.
En el ámbito migratorio, Trump ha dejado claro su interés en intensificar las deportaciones y reforzar las políticas de control fronterizo. Esto genera alarma en países como El Salvador, Honduras y Guatemala, altamente dependientes de las remesas provenientes de migrantes en Estados Unidos. En contraste, líderes como Nayib Bukele podrían buscar consolidar una relación favorable con la administración Trump para mitigar el impacto de estas políticas restrictivas.
Cuba, or su parte, enfrenta la posibilidad de una nueva ola de sanciones, como las más de 240 medidas impuestas durante su primer mandato, que afectaron severamente la economía isleña. Esta dinámica podría profundizarse, dado el enfoque de Trump en endurecer la presión sobre regímenes considerados adversarios por Estados Unidos.
La economía global: Proteccionismo y rivalidad con China
El retorno de Trump también podría significar un giro importante en la economía global. Las políticas proteccionistas de Donald Trump, destinadas a priorizar la manufactura estadounidense, amenazan con reconfigurar cadenas de suministro internacionales y agravar tensiones comerciales con China. El enfoque de Trump hacia China, visto como un competidor estratégico, probablemente se endurecerá, afectando mercados emergentes que dependen de estas relaciones comerciales.
En el ámbito energético, Trump podría promover la explotación de recursos fósiles, lo que tendría implicaciones en los mercados globales y en las políticas climáticas internacionales. Además, su posible desprecio por acuerdos multilaterales podría debilitar la cooperación económica global en áreas clave como regulación tecnológica y comercio digital.
La guerra en Ucrania: Diplomacia y estrategia militar
En el frente de la guerra en Ucrania, Trump podría adoptar un enfoque ambivalente. Por un lado, ha promovido la idea de paz a través de la fuerza, sugiriendo que podría intentar negociar un alto al fuego entre Rusia y Ucrania. Sin embargo, esta postura genera preocupación entre aliados europeos, temerosos de un retroceso en el apoyo militar y financiero a Ucrania.
Analistas destacan que Trump podría condicionar el apoyo militar a Ucrania en función de avances en las negociaciones de paz, lo que representaría un giro respecto a la política de su predecesor. Esto podría beneficiar indirectamente a Moscú, debilitando la posición de Ucrania frente a la comunidad internacional. No obstante, existe incertidumbre sobre si Trump mantendría su enfoque tradicionalmente duro hacia Rusia en otros aspectos, como las sanciones económicas.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos abre un capítulo lleno de incertidumbres y expectativas a nivel global. Su enfoque impredecible y pragmático marca un punto de inflexión para América Latina, que enfrenta posibles desafíos en comercio, migración y relaciones bilaterales. En la economía global, las tensiones comerciales con China y el énfasis en políticas proteccionistas podrían reconfigurar el panorama económico, mientras que el rumbo de la guerra en Ucrania dependerá de cómo Trump equilibre su política de paz a través de la fuerza con los intereses de las partes involucradas.
Este escenario plantea retos complejos, pero también abre oportunidades para redefinir las relaciones internacionales y los modelos de cooperación global. La pregunta que queda en el aire es cómo las decisiones de su administración afectarán a los equilibrios políticos y económicos de un mundo que se enfrenta a transformaciones profundas y aceleradas.