Pavel Durov, el cofundador y CEO de la popular aplicación de mensajería Telegram, fue arrestado en el aeropuerto de Le Bourget en París el pasado sábado, justo después de aterrizar en su jet privado proveniente de Azerbaiyán. Según informes de medios franceses, la detención se realizó alrededor de las 8 p.m. y fue llevada a cabo por la policía francesa, que tenía una orden de arresto en su contra como parte de una investigación preliminar. Durov, un defensor acérrimo de la libertad de expresión y un empresario tecnológico de renombre, ha enfrentado críticas por la falta de moderación en su plataforma, que cuenta con cerca de 900 millones de usuarios a nivel mundial.
Las autoridades francesas sospechan que Telegram ha sido utilizado para facilitar delitos graves como el narcotráfico y la pornografía infantil debido a su política de privacidad y la falta de moderación. Un investigador anónimo comentó: En su plataforma, permitió que se cometieran un número incalculable de delitos y crímenes, por los cuales no hizo nada para moderar o cooperar. La detención de Durov ha suscitado un intenso debate sobre la responsabilidad de las plataformas de mensajería en la moderación de contenido y su implicación en actividades delictivas.
Durov, de 39 años, es conocido no solo por Telegram, sino también por haber fundado la red social VKontakte. Desde que dejó Rusia en 2014, se ha convertido en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión en un mundo donde las redes sociales están bajo constante escrutinio. En el pasado, Durov ha expresado su deseo de permanecer libre y no someterse a las órdenes de ningún gobierno, afirmando: Preferiría ser libre que recibir órdenes de alguien. Su arresto ha generado reacciones inmediatas, incluyendo un comentario de Elon Musk, quien afirmó que la libertad de expresión en Europa está bajo ataque.
El arresto de Durov también ha provocado una advertencia desde Moscú, donde las autoridades rusas han exigido que se le respeten sus derechos. Durov, que tiene ciudadanía francesa y de los Emiratos Árabes Unidos, se encuentra en una situación compleja, ya que la investigación en su contra está siendo liderada por unidades especializadas en ciberseguridad y delitos financieros. Esto ha llevado a muchos a cuestionar si su arresto es parte de una cacería de brujas política.
Las tensiones entre Durov y los gobiernos de diferentes países han aumentado en los últimos años, especialmente después de que Rusia bloqueó Telegram en 2018 por negarse a entregar claves de cifrado. Aunque el bloqueo se levantó en 2020, la plataforma ha seguido siendo objeto de críticas por su papel en la difusión de información durante conflictos como la guerra en Ucrania. Durov ha sostenido que Telegram es una plataforma neutral y no un jugador en la geopolítica, defendiendo su enfoque en la privacidad de los usuarios.
A medida que se desarrolla esta historia, Durov enfrenta la posibilidad de ser acusado de varios delitos, incluyendo complicidad en actividades terroristas y narcóticos. Se espera que comparezca ante un juez pronto. Su arresto no solo marca un momento crucial en su vida personal y profesional, sino que también plantea preguntas importantes sobre el futuro de la libertad de expresión y la moderación en las plataformas de mensajería en un mundo cada vez más vigilado.