Y sucedió lo que la razón dictaba que tenía que suceder; claro que nadie esperaba un resultado con una diferencia tan apabullante.
A los argentinos -para graficarlo de una manera comprensible y que no deje lugar a dudas-, nos pusieron en el lugar de un vegano al que lo empujan dentro de una carnicería y le dicen: “¡Elegí lo que quieras!”
Nunca hubiese optado por
Javier Milei, aunque sí lo hubiese hecho por
Victoria Villarruel; pero los avatares de la política me pusieron, al igual que a muchos compatriotas, ante la encrucijada de optar por el mal menor y la sociedad entera, o al menos el 56%, eligió decir "NO" al modelo que propugnaba
Massa y el kirchnerismo.
Asistimos a la campaña más sucia de la historia argentina; pudimos ver a un
Sergio Massa carente de escrúpulos y, hablando en criollo, con una cara de piedra inmutable, que ante la derrota vergonzosa de su compañero de fórmula
Agustín Rossi en el debate; no dudó en seguir los consejos de sus asesores brasileños y se dedicó a repartir “Carpetazos” cuando llegó su turno de debatir.
Se pudo ver a un candidato que manejaba un timing más relajado que su oponente Libertario y para muchos, ganó la apuesta; pero no para los que leemos entre líneas y pudimos pensar: ¿Que no le renovaron una pasantía a Milei, es lo más grave que tiene para denunciar?
A esto le siguió una campaña sucia atroz, con el objetivo de infundir pánico entre los votantes, basada en frases y hechos sacados de contexto, que finalmente se les volvió en contra.
Las urnas hablaron y el veredicto es claro y contundente…
Los argentinos queremos vivir en libertad, en un país en donde no adoctrinen a nuestros hijos, donde el que las hace las paga, donde no se dilapiden fortunas en Ministerios flojitos de papeles, donde se premie a la excelencia y no se nivele para abajo y en donde exista independencia de poderes. Tomando mis recaudos, me sumo al grupo de personas que elegimos creer que otra Argentina es posible y que al igual que sucedió con el DT de la Selección; tal vez la inexperiencia de
Milei no sea una traba.
Muchos interrogantes dieron vueltas por mí cabeza a la hora de dormir, pero con la tranquilidad que nunca más el Foro de San Pablo o los propiciadores de la Agenda 2030 van a tener ingerencia en la política y las decisiones cruciales de mí país y con la satisfacción que el Castro Narco Chavismo, tendrá un enemigo declarado en la República Argentina.
Se avecinan tiempos difíciles… No será fácil… Pero ¿Que puede ser peor que esto?