Perspectivas del desarrollo inmobiliario hacia 2026

- Autor: CQAP StaffÚltima Actualización: 2025-12-25 - 22:39:00
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- El desarrollo inmobiliario muestra cambios significativos en costos y demanda que impactan el futuro del sector.
En los últimos meses, el panorama del desarrollo inmobiliario ha comenzado a transformarse, marcando una diferencia notable respecto al periodo anterior. Los costos, que anteriormente subían a un ritmo acelerado, han dejado de hacerlo, e incluso se han observado reducciones en ciertos rubros. Este cambio se debe a dos factores principales: la evolución del tipo de cambio y un proceso de desestocaje por parte de fabricantes y distribuidores, quienes, tras haber acumulado inventario durante un tiempo prolongado, se ven ahora obligados a lanzar promociones para mover sus productos.
Este nuevo contexto ha generado un escenario de precios más racionales en comparación con los valores que se registraban a finales del año pasado. Para quienes estamos involucrados en la planificación de obras a largo plazo, esta es una noticia alentadora. Sin embargo, a pesar de la disminución en algunos costos, el panorama de la importación sigue siendo complicado. Hasta el momento, no hemos visto una baja significativa en los precios que justifique asumir los riesgos que implica traer productos terminados desde el exterior, como grifería o porcelanatos. Aunque algunas empresas están considerando esta estrategia, en nuestro caso, solo la evaluamos para ciertos rubros donde la distorsión de precios en el mercado local es excesivamente alta.
Un claro ejemplo de este fenómeno es el vidrio, que actualmente tiene un costo exorbitante en Argentina, así como el hierro, que se mantiene por encima de los valores internacionales ajustados al tipo de cambio. Sin embargo, más allá de los costos, el verdadero desafío radica en la demanda del mercado. Actualmente, enfrentamos una sobreoferta de aproximadamente el 25% en comparación con lo que se podría considerar un escenario dinámico. El crédito hipotecario, que había experimentado un breve impulso, se ha estancado, lo que ha favorecido principalmente al mercado de propiedades usadas. Esta situación ha permitido que los compradores se inclinen hacia oportunidades ya terminadas, dejando a los desarrolladores en una posición complicada, ya que los precios que buscan no son validados por los consumidores.
A pesar de estos desafíos, seguimos trabajando con una visión a largo plazo. Es importante recordar que nadie lanza un proyecto esperando una rentabilidad inmediata, pues somos conscientes de que la situación actual no define el futuro del sector. Con un horizonte de dos a tres años, anticipamos que muchos de los costos se normalicen y se alineen más con los valores internacionales, sobre todo en lo que respecta a insumos importados, lo que podría equilibrarse con un ajuste natural en la mano de obra.
Recientemente, hemos observado un dato alentador: tras las elecciones, han comenzado a reaparecer consultas y un interés renovado por parte de inversores en el sector inmobiliario. Históricamente, una parte de las ganancias generadas en el interior del país, ya sea por el campo, el petróleo o el litio, se ha volcado hacia el ladrillo. Confiamos en que esta dinámica se reactive en 2025. Además, se está considerando la posibilidad de un resurgimiento del crédito de pozo a través de hipotecas divisibles, así como el impulso de nuevos instrumentos financieros aprobados por la Comisión Nacional de Valores, que permitirían a pequeños inversores participar en fideicomisos destinados a proyectos con desarrolladores de trayectoria.