El síndrome de burnout en Argentina y su impacto en la salud laboral

- Autor: CQAP StaffÚltima Actualización: 2025-11-27 - 23:36:00
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- El burnout se ha convertido en una epidemia que afecta a millones. Argentina lidera las cifras en la región, revelando una crisis laboral alarmante.
El síndrome de burnout, conocido como 'estar quemado', se ha instaurado como una epidemia silenciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Este fenómeno va más allá de un simple cansancio; se manifiesta como un estado profundo de agotamiento físico, emocional y mental, estrechamente vinculado al ámbito laboral. En Argentina, las estadísticas son alarmantes y colocan al país en la cúspide del ranking regional de desgaste profesional.
Daniel Coronel, diplomado en Cabalá y biodescodificador, ofrece una perspectiva metafísica sobre el burnout, describiéndolo como un desequilibrio energético profundo. Según Coronel, el ser humano opera en un sistema de tres columnas: dar (polo positivo), recibir (polo negativo) y una columna central que simboliza el equilibrio. Cuando se da más de lo que se recibe, o se ignoran las señales del cuerpo y la mente que indican la necesidad de detenerse, se genera un 'fogonazo' energético que nos deja 'quemados'.
El concepto del 'recipiente' es crucial en su enfoque. Cada individuo posee una capacidad limitada para manejar el estrés y las exigencias. Cuando la presión sobrepasa esa capacidad, el recipiente estalla. Reconocer nuestros límites, aprender a decir 'no' y equilibrar el dar y el recibir son herramientas esenciales para evitar caer en el abismo del burnout.
Las estadísticas más recientes pintan un panorama preocupante para Argentina. Según el estudio 'Burnout 2025' de Bumeran, el país ha liderado por cuarto año consecutivo el ranking de burnout en la región. El informe, que encuestó a 2.750 trabajadores, revela que el 92% de los argentinos se siente 'quemado' por su trabajo, un incremento de un punto porcentual en comparación con 2024. Los síntomas más comunes incluyen la falta de energía (53%), el negativismo hacia el trabajo (41%) y una disminución en la eficacia laboral (22%).
Las causas del burnout son multifactoriales. El estudio destaca que el trato de los superiores (24%), la falta de claridad en las funciones (21%) y la sobrecarga laboral (18%) son los principales detonantes. A esto se suma una cultura de hiperconexión, donde el 37% de los trabajadores encuentra imposible desconectarse al finalizar la jornada. Esta situación, que se ha vuelto habitual en el entorno laboral, contribuye a una sensación de agotamiento constante.
Daniel Coronel enfatiza que la prevención es la herramienta más eficaz y que esta radica en escuchar las señales del cuerpo y respetar nuestros límites. 'El ser humano aprende por amor o por dolor', afirma, y en la mayoría de los casos, es el dolor de un colapso el que nos obliga a cambiar. Para quienes ya han experimentado el 'fogonazo', Coronel subraya la importancia de aprender la lección. 'El dolor despierta', señala. Desde su perspectiva, es fundamental reconocer los propios límites y entender que para recibir más es necesario 'hacer crecer el recipiente' de manera consciente y gradual. Este proceso de autoconocimiento es vital para evitar repetir el ciclo de agotamiento.
El burnout no debe considerarse un fracaso individual, sino un síntoma de una cultura laboral que exige más de lo que podemos dar. Es imperativo que tanto las empresas como los individuos tomen conciencia de esta problemática y trabajen en conjunto para crear entornos laborales más saludables, equilibrados y, en definitiva, más humanos. En este contexto, la reflexión sobre nuestras capacidades y límites se vuelve esencial para promover un cambio significativo en la salud laboral de todos.