Panamá se consolida como el nuevo paraíso del surf en América Latina

- CQAP Medios brinda este servicio de forma gratuita. Si comparte el link para hacernos conocer entre sus amigos nos brinda una gran ayuda para continuar trabajando.
- Con dos océanos, más de 2.900 kilómetros de costa y playas aún no masificadas, Panamá emerge como un destino de surf de clase mundial que combina...
Con dos océanos, más de 2.900 kilómetros de costa y playas aún no masificadas, Panamá emerge como un destino de surf de clase mundial que combina naturaleza intacta, cultura auténtica y una escena creciente que atrae a surfistas de todo el mundo.
En Panamá, el surf es mucho más que un deporte: es una forma de conectar con la naturaleza, con la comunidad y con uno mismo. Entre olas perfectas y playas todavía intactas, el país se afirma como uno de los destinos más emocionantes del surf en América Latina. Con más de 2.900 kilómetros de costa bañados por el Pacífico y el Caribe, ofrece una geografía única que permite vivir la experiencia de ambos océanos en un mismo viaje: desde las rompientes intensas del Pacífico hasta los arrecifes y aguas turquesa del Caribe.
A diferencia de otros puntos más concurridos del continente, Panamá conserva un encanto no masificado. Sus playas se han transformado en surf towns vibrantes, donde locales y viajeros conviven en un mosaico cultural marcado por el estilo de vida surfer. Ya sea para quienes buscan su primer swell o para quienes persiguen la ola perfecta, este es un país donde cada ola cuenta una historia y cada rincón guarda una aventura.
Uno de los grandes imanes es el archipiélago de Bocas del Toro, en la costa caribeña. Allí, el surf se mezcla con el ritmo cálido del Caribe, playas vírgenes y una comunidad multicultural que vive al compás del mar. Las rompientes de Playa Paunch, Dumpers y Playa Bluff en Isla Colón, las izquierdas perfectas de Punta Carenero y las poderosas olas de Silverbacks en Isla Bastimentos ofrecen opciones para todos los niveles, mientras que Cayo Zapatilla —reconocida entre las mejores playas del mundo— sorprende con arena blanca y aguas cristalinas. Bocas Town suma gastronomía internacional, vida nocturna y alojamientos que van desde hostales sobre el agua hasta resorts de lujo.
Otro punto clave es Playa Venao, en la provincia de Los Santos, uno de los escenarios más emblemáticos del surf panameño. Con una playa en forma de herradura y un fondo arenoso que garantiza olas consistentes todo el año, ha sido sede de competencias internacionales como los ISA World Surfing Games y el Campeonato Panamericano de Surf. Hoy, Venao es mucho más que un spot deportivo: se transformó en un punto de encuentro para surfistas de élite, nómadas digitales y viajeros que encuentran allí un ambiente social animado, gastronomía internacional y alojamientos boutique frente al mar.
Más cerca de Ciudad de Panamá, la Riviera Pacífica ofrece olas accesibles y una atmósfera relajada ideal para escapadas rápidas. Playa Serena, Playa Teta, Chame y Playa Malibú son algunas de las favoritas, junto con El Palmar, que reúne tres puntos icónicos aptos para todos los niveles. La zona se complementa con playas de arena dorada como Bijao, Playa Blanca y Buenaventura, que combinan surf, descanso y servicios turísticos modernos.
En la provincia de Veraguas, Santa Catalina se ha ganado un lugar en la lista de destinos legendarios del surf latinoamericano. La Punta es un point break icónico con olas que pueden superar los nueve metros, mientras que Punta Roca o Punta Brava desafían a surfistas experimentados. Para quienes dan sus primeros pasos, Playa Estero ofrece un entorno más amable. Desde Santa Catalina también parten las excursiones hacia el Parque Nacional Coiba, Patrimonio Mundial de la UNESCO, hogar del mayor arrecife coralino del Pacífico Oriental Tropical y uno de los mejores lugares para bucear en la región.
Al oeste del país, la provincia de Chiriquí completa el mapa con destinos poco explorados y naturaleza indómita. Morro Negrito es ideal para campamentos de surf y retiros isleños, con olas que van desde rápidas y técnicas hasta suaves y accesibles. En tierra firme, Punta Burica atrae a los surfistas más experimentados, mientras que Los Olivos ofrece condiciones para todos los niveles. Chiriquí también es reconocida por el café Geisha panameño, considerado uno de los mejores del mundo, y por el Parque Nacional Marino del Golfo de Chiriquí, donde es posible observar delfines, mantarrayas y una vida submarina vibrante.
Panamá avanza así en la construcción de una identidad surf propia: moderna, diversa, conectada con la naturaleza y profundamente auténtica. Con destinos para todos los niveles, playas por descubrir, comunidades que celebran el espíritu surfer y dos océanos listos para explorar, el país se posiciona como uno de los destinos imprescindibles para quienes buscan surf, aventura y alma en un mismo viaje.