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    • Henko: un espacio donde el arte se vuelve experiencia

    • Autor: Analia Pinto
      Última Actualización: 2025-10-01 - 00:25:00
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    • La presentación oficial del espacio reunió a artistas, diseñadores y amigos en un clima que se vivió íntimo y a la vez expansivo, como la energía de un proyecto que recién empieza pero ya se siente inmenso. Henko invita a los visitantes a vivir el arte a través de los sentidos y la memoria en cada rincón.
    • Visitar Henko antes de su inauguración fue presenciar un proceso en movimiento. Paredes desnudas que aguardaban ser intervenidas, luces aún por orientar, aromas todavía ausentes… y, sin embargo, la promesa de lo que vendría ya se respiraba. Días después, cuando el loft de Almagro se encendió finalmente en su totalidad, la transformación fue evidente: el espacio había cobrado vida, se había vuelto experiencia.

      Entrar en Henko fue como aceptar una invitación a un living soñado, uno donde el arte, el diseño y la naturaleza conviven como si siempre hubieran estado ahí, y donde cada objeto, cada aroma y cada textura parecen tener algo para contar. 

      Eso es Henko: una transformación sin retorno. La palabra japonesa elegida como concepto atraviesa todo el proyecto. Como explican sus creadores, una vez que sos consciente de algo, no podés volver atrás. Y así funciona este espacio: una vez que lo recorrés, ya no mirás el arte, el diseño ni la vida cotidiana de la misma manera.

      El recorrido comenzó con una certeza compartida por sus fundadores, Leandro Gerez y Daiana Comesaña: Henko no es un lugar, es un concepto. Lo que pasa acá es una transformación, un cambio sin retorno. Henko es atravesar ese momento y no volver a ser el mismo, explicaron. Esa idea de cambio atraviesa todo el espacio, desde el diseño arquitectónico hasta la curaduría de las obras y el modo en que se recibe al visitante.

      Un espacio pensado para los sentidos

      El living central sorprende por su calidez y su frescura. Allí se integran muebles de Mirador por el Mundo, especialmente seleccionados para dialogar con el arte que los rodea. Nada es casual: las mesas, sillones y luminarias parecen extender la obra hacia lo cotidiano, invitando a habitarla. A eso se suma un detalle inesperado: un aroma creado exclusivamente para Henko, que refuerza la idea de experiencia sensorial completa.

      Nos importa mucho cómo se siente el cuerpo cuando entra a este lugar —contó Daiana—. Por eso pensamos en el neurodiseño como parte del proyecto: que los materiales, los colores, la luz y hasta el perfume acompañen el estado emocional de quienes lo visitan.

      La vegetación también juega un rol esencial. En el corazón del espacio, un olivo se erige como símbolo de paz, arraigo y continuidad, en perfecto diálogo con las obras y los visitantes.

      La cocina de un sueño

      En el detrás de escena, la producción estuvo a cargo de Christy Russo, que con energía incansable logró que todo funcionara a la perfección. Desde la disposición de los muebles hasta la coordinación con artistas y proveedores, Russo fue la gran anfitriona, recibiendo a cada invitado con una sonrisa y asegurándose de que cada detalle sumara al espíritu de Henko.

      La curaduría, en tanto, fue obra de Andy Benegas, quien definió con precisión el hilo conductor entre artistas de estilos diversos pero complementarios. Queríamos que las obras no solo se exhibieran, sino que dialogaran entre sí y con el espacio. Que cada visitante encontrara un recorrido propio, explicó.

      Arte en movimiento

      Las obras elegidas para inaugurar Henko fueron tan diversas como potentes. Fabiana Barreda con sus piezas de impacto visual inmediato, Josefina Di Nucci con sutilezas que invitan a detenerse, Horacio Sánchez Fantino y su exploración de lo matérico, Matías Lukac con propuestas que vibran en color y energía… cada artista aportó una voz distinta a un coro armónico.

      La experiencia fue acompañada de charlas espontáneas donde los mismos creadores compartieron su visión. El arte tiene que correrse de los espacios solemnes y entrar en la vida cotidiana, comentó uno de ellos, mientras mostraba cómo su obra se desplegaba sobre un panel retroiluminado.

      Una filosofía compartida

      Leandro, arquitecto, lo resumió con claridad: Estamos en un momento en que los espacios ya no son solo funcionales, sino que tienen que emocionar, conectar y transformar. Henko nace de esa convicción.

      Daiana agregó: Queremos que quien entre acá se lleve algo más que la memoria de haber visto obras. Que se lleve una sensación de calma, de belleza, de inspiración. Por eso decimos que Henko es un camino de ida: después de vivirlo, no volvés igual.

      Una invitación abierta

      Henko se podrá visitar en Lofts de la Imprenta del 29 de septiembre al 5 de octubre. Durante esos días, el público podrá recorrer este espacio vivo, interactuar con los artistas y, sobre todo, experimentar lo que significa habitar un lugar donde todo —desde un banquito para meditar hasta una tela que esconde ladrillos en espera de color— está pensado para transformar.

      En palabras de los propios anfitriones, Henko es un refugio, pero también un movimiento. Una invitación a dejarse atravesar por el arte, el diseño y la naturaleza como partes inseparables de la vida.