La Plebeyización de la Pobreza: Un Análisis de la Apropiación de lo Popular
- Autor: Lola RiveroÚltima Actualización: 2025-07-08 - 23:39:00
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- La plebeyización de la pobreza refleja cómo la cultura popular es absorbida por las clases altas, alterando su esencia y significado.
Pablo Alabarces, sociólogo, escritor, docente en la UBA e investigador del Conicet, aborda el concepto de la plebeyización de la cultura. Este término, que surgió a fines de los años 80 y principios de los 90, coincide con la aparición de la etapa posmoderna y el inicio de la globalización económica, social, política y cultural. En ese contexto, algunos pensadores comenzaron a interpretar que las jerarquías culturales estaban en un proceso de transformación. Lo que antes era considerado alta cultura comenzó a perder prestigio, mientras que la cultura de masas fue ganando un dominio generalizado.
Sin embargo, Alabarces sostiene que la plebeyización de la cultura no representa una conquista política ni una genuina democratización. En su análisis, argumenta que no se trata de que las clases populares extiendan su dominio cultural sobre el resto de la sociedad. Por el contrario, los sectores poderosos tienden a capturar ciertas expresiones de las culturas populares de forma selectiva. Este proceso, aunque puede simular una cultura democrática, en realidad no lo es.
Para ilustrar su punto, el sociólogo presenta dos ejemplos claros de los años 90. El primero es el fútbol, un repertorio que tradicionalmente había sido visto con desdén por las clases medias y altas, pero que, con el tiempo, logró una adopción generalizada. La popularización del fútbol por parte de las clases dominantes no solo cambió la percepción de este deporte, sino que también alteró su esencia, convirtiéndolo en un fenómeno de masas que trascendió sus raíces populares.
El segundo ejemplo que Alabarces menciona es la cumbia. Con la aparición de figuras como Gilda y Ricky Maravilla, las clases medias y altas comenzaron a unirse al baile de este género musical, mostrando así una clara apropiación cultural de lo popular por parte de los sectores dominantes. Esta apropiación no solo transformó la cumbia en un símbolo de fiesta y alegría, sino que también despojó a este género de su contexto original y de su significado profundo dentro de las comunidades que lo crearon.
Un ejemplo contemporáneo que ilustra esta idea es el caso de la marca Balenciaga, que ha lanzado prendas que parecen estar rotas y sucias, reflejando una estética de lo plebeyo que ha sido adoptada por las élites. Esta tendencia de apropiarse de lo que se considera popular y marginal no es más que una forma de capitalizar sobre la cultura de las clases bajas, transformando lo que antes era un signo de lucha y resistencia en un objeto de consumo de lujo. Este fenómeno plantea la pregunta de si realmente se está promoviendo una democratización de la cultura o si, por el contrario, se está perpetuando una dinámica de poder en la que los sectores dominantes continúan dictando qué es lo que se considera valioso o significativo.
En conclusión, la plebeyización de la pobreza y la cultura no debe ser vista como un avance hacia la democratización, sino más bien como un proceso en el que las élites se apropian de elementos culturales de las clases populares. Esta dinámica plantea desafíos importantes para la comprensión de la cultura en nuestra sociedad actual y sugiere la necesidad de una reflexión crítica sobre cómo se construyen y mantienen las jerarquías culturales en el mundo contemporáneo.