La búsqueda de autenticidad en un mundo digital: ¿somos realmente quienes mostramos?
- Autor: Solange DiazÚltima Actualización: 2025-06-17 - 19:57:00
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- Reflexionamos sobre la imagen que proyectamos en redes y su impacto en nuestras oportunidades laborales.
Les confieso: estoy buscando un segundo trabajo, así que estoy perfeccionando mis perfiles en redes sociales para ver qué encuentro. Por eso, hace poco subí tres imágenes mías a una app que genera fotos profesionales para LinkedIn. Una de las imágenes que usé es la misma que tengo en mi perfil; me la tomé de apuro y muchos la critican por no ser lo suficientemente profesional. Las que comparto en este artículo son el resultado de mi experiencia con estas apps que, a cambio de algunos dólares, prometen crear una Solange apta para trabajar en un lugar que no sea el sótano de mi casa.
No sé bien cómo decirlo, pero no me veo reflejada en esas fotos. No soy yo, no es mi mirada, no tienen mi expresión, ni siquiera se parecen a mí. No tienen mi alma. De hecho, no me parezco en nada.
Y eso me lleva a pensar en la imagen que proyectamos de nosotros mismos y que adoptamos tan fácilmente. Sí, todo empezó con esos filtros que le aplicamos a nuestras fotos de Instagram para suavizar imperfecciones o corregir tonos (y mostrar firmes lugares que no están tan tonificados). Pero hoy ya publicamos fotos que poco o nada tienen que ver con quienes realmente somos. Creamos una versión idealizada, una máscara digital que se ajusta a lo que creemos que quieren ver los demás.
Lo que antes era cuestión de cuidar la presencia, hoy parece haberse convertido en un desfile de cryptosbros profesionales: esos seres que prefieren invertir más en la manufactura de su marca personal que en el trabajo real que hacen. Imagen sobre relevancia. Estilo sobre contenido. Un reality show de perfiles que compiten por likes y comentarios, pero que rara vez invitan a una conversación profunda o auténtica.
Ahora bien, me pregunto: ¿realmente las empresas de recursos humanos se fijan en estas fotos perfectas generadas por IA? ¿O detrás de ese filtro impecable siguen buscando algo más humano, algo genuino? Porque si la respuesta es que sí, que solo miran la imagen pulida, estamos promoviendo un estándar superficial que poco tiene que ver con el talento real. Y eso sería, cuanto menos, peligroso para la diversidad y la autenticidad en el mundo profesional.
En un entorno cada vez más digitalizado, donde las primeras impresiones muchas veces se limitan a un perfil online, vale la pena reflexionar: ¿queremos ser recordados por una foto retocada o por lo que verdaderamente aportamos?