• ENTRETECHISME
  • LA VIDA MODERNA DE ANALIA
  • VIAJAR CONSENTIDOS
  • SOLO PARA SIBARITAS
  • VEO MARAVILLAS

  • Actualidad
  • Opinión
  • Empresas y Protagonistas
  • Estilos de Vida
  • Espectáculos
  • Especiales
  • Staff
    • ​El Papa a los medios: “Solo los pueblos informados son verdaderamente libres”

    • Autor: Analia Pinto
      Última Actualización: 2025-05-12 - 09:06:00
    • CQAP Medios brinda este servicio de forma gratuita. Si comparte el link para hacernos conocer entre sus amigos nos brinda una gran ayuda para continuar trabajando.
    • En su primera audiencia con la prensa mundial, el Papa León XIV pidió liberar a los periodistas encarcelados, ó sobre los riesgos de la inteligencia artificial sin ética y llamó a construir una comunicación libre de odio, prejuicios y fanatismos.
    • En un encuentro cargado de simbolismo y apertura, el Papa León XIV ofreció esta mañana su primera audiencia oficial a los representantes de los medios de comunicación de todo el mundo, en el Aula Pablo VI del Vaticano. Periodistas de más de 60 países —incluyendo corresponsales de los principales medios italianos e internacionales— participaron del acto, convocado por la Sala Stampa della Santa Sede.

      El evento se dio en el marco de los primeros pasos del nuevo pontífice tras su elección el pasado 8 de mayo, y apenas un día después de su primer Regina Coeli, ofrecido ante una Plaza San Pedro colmada de fieles.

      Durante la audiencia de hoy, el Papa León XIV agradeció a la prensa su trabajo durante este tiempo de gracia para la Iglesia, marcando un tono claro: el de una comunicación comprometida con la paz, la dignidad y la verdad.

      Desarmemos la comunicación, pidió, retomando palabras del Papa Francisco, y llamó a combatir la guerra de las palabras, los estereotipos, la agresividad y los discursos sin amor.

      Además, expresó su solidaridad con los periodistas encarcelados en el mundo por buscar y contar la verdad, pidió su liberación, y reconoció especialmente a quienes narran los horrores de la guerra aún a riesgo de sus vidas.

      La libertad de expresión y de prensa es un bien precioso que interpela la conciencia de las naciones, afirmó.

      En su mensaje, también reflexionó sobre los desafíos actuales del periodismo, el impacto de la inteligencia artificial, y la necesidad de generar entornos —tanto humanos como digitales— que promuevan el diálogo, la escucha y la construcción de paz.

      A continuación, el discurso completo del Papa León XIV en la audiencia a los medios de comunicación (12/05/2025):

      Hermanos y hermanas:

      Doy la bienvenida a ustedes, representantes de los medios de comunicación de todo el mundo. Les agradezco por el trabajo que han realizado y están realizando en este tiempo que para la Iglesia es, esencialmente, un tiempo de gracia.

      En el discurso de la montaña, Jesús proclamó: "Bienaventurados los que trabajan por la paz".

      Se trata de una bienaventuranza que nos interpela a todos, y que los involucra de cerca, llamándolos al compromiso de promover una comunicación distinta:

      Una comunicación que no busque el consenso a toda costa, que no se revista de palabras agresivas, que no adopte el modelo de la competencia, y que nunca separe la búsqueda de la verdad del amor.

      La paz comienza en cada uno de nosotros: en la forma en que miramos a los demás, en cómo los escuchamos, en cómo hablamos de ellos.

      En este sentido, la manera en la que comunicamos es de importancia fundamental.

      Debemos decir no a la guerra de las palabras y de las imágenes. Debemos vencer el paradigma de la guerra.

      Permítanme entonces reiterar hoy la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por intentar contar la verdad.

      Y con estas palabras, pido también su liberación.

      La Iglesia reconoce en estos testigos, pienso especialmente en quienes narran la guerra incluso a costa de sus vidas, el valor de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a estar informados, porque solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres.

      El sufrimiento de estos periodistas encarcelados interpela la conciencia de las naciones y de la comunidad internacional, llamándonos a todos a custodiar ese bien precioso que es la libertad de expresión y de prensa.

      Gracias, queridos amigos, por su servicio a la verdad.

      Estos días han sido una oportunidad para relatar a la Iglesia en su diversidad y también en su unidad.

      Han acompañado los ritos de la Semana Santa, han contado el dolor por la muerte del Papa Francisco, pero también lo han hecho a la luz de la Pascua.

      Esa misma fe pascual nos ha introducido en el espíritu del Cónclave, que los ha visto particularmente comprometidos durante jornadas arduas.

      Y también en esta ocasión, han logrado narrar la belleza del amor de Cristo, que nos une a todos y nos hace ser un solo pueblo guiado por el Buen Pastor.

      Vivimos tiempos difíciles de percibir y de contar. Tiempos que representan un desafío para todos nosotros, porque no debemos huir: al contrario, exigen de cada uno, en nuestros distintos roles y servicios, no ceder nunca a la mediocridad.

      La Iglesia debe aceptar el desafío de su tiempo, y del mismo modo, no puede existir una comunicación o un periodismo fuera del tiempo y de la historia. 

      Como nos recuerda san Agustín: "Vivamos bien el tiempo, porque nosotros somos el tiempo".

      Gracias, por tanto, por haberse esforzado por salir de los estereotipos y lugares comunes a través de los cuales muchas veces se describe la vida cristiana y la vida de la Iglesia.

      Gracias, porque han sabido comunicarla y transmitirla con todos los medios al mundo entero.

      Hoy, uno de los desafíos más importantes es el de promover una comunicación capaz de sacarnos de la torre de Babel en la que a veces nos encontramos: una confusión de lenguajes sin amor, muchas veces ideológica o violenta.

      El lenguaje que usamos, el estilo que adoptamos, es importante.

      La comunicación no es solo transmisión de información, sino creación de una cultura, de entornos humanos y digitales que se conviertan en espacios de diálogo y de encuentro.

      Y mirando la evolución tecnológica, esta misión se vuelve aún más necesaria.

      Pienso en particular en la inteligencia artificial, con su inmenso potencial, que sin embargo exige responsabilidad y discernimiento, para orientar sus herramientas al bien común, de modo que puedan producir beneficios reales para la humanidad.

      Esta responsabilidad nos implica a todos, en proporción a nuestra edad y a nuestros roles sociales.

      Queridos amigos: aprenderemos, con el tiempo, a conocernos mejor.

      Hemos vivido —podemos decir juntos— días realmente especiales.

      Ustedes los han compartido con todos los medios posibles: televisión, radio, web, redes sociales.

      Me gustaría que cada uno de nosotros pudiera decir que estos días nos han revelado una parte del misterio de nuestra humanidad, y que nos han dejado un deseo profundo de amor y de paz.

      Por eso, hoy les repito a ustedes la invitación que hizo el Papa Francisco en su último mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales:

      Desarmemos la comunicación. Desarmémosla de prejuicios, rencores, fanatismos y odio. Purifiquémosla de agresividad. No necesitamos una comunicación ruidosa ni musculosa, sino una comunicación capaz de escuchar, de recoger la voz de los débiles, de quienes no tienen voz.

      Desarmemos las palabras, y contribuiremos a desarmar la tierra. Una comunicación desarmada y desarmante nos permite compartir una mirada distinta sobre el mundo y actuar de forma coherente con nuestra dignidad humana.

      Ustedes están en primera línea, narrando los conflictos y las esperanzas de paz, las situaciones de injusticia y de pobreza, y también el trabajo silencioso de quienes, cada día, trabajan por un mundo mejor.

      Por eso, les pido que elijan con plena conciencia el camino de una comunicación de paz.

      Gracias a todos ustedes. Que Dios los bendiga.

      La audiencia concluyó con la bendición del Santo Padre y un cálido saludo a los representantes de los principales medios italianos e internacionales presentes. Con un estilo cercano y firme, el Papa León XIV dejó en claro que su relación con la comunicación no será de distancia ni sospecha, sino de compromiso activo.

      En un mundo donde la palabra puede construir o destruir, su llamado a desarmar la comunicación resuena como una hoja de ruta no solo para periodistas, sino para todos los que formamos parte del entramado humano y digital del presente.

      Una vez más, el Vaticano ofreció no solo una ceremonia, sino un mensaje urgente al corazón del tiempo que vivimos.