Este sábado, como cada 22 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Agua, un momento crucial para reflexionar sobre la importancia de este recurso vital. Más de la mitad de la población mundial enfrenta la dura realidad de no tener acceso a agua potable segura. La situación es alarmante, ya que el 50% de las camas hospitalarias a nivel global están ocupadas por pacientes con enfermedades relacionadas con la falta de agua potable.
Los datos son escalofriantes. Según un estudio de la revista Science en 2024, se prevé que para 2030 haya un déficit del 40% entre la demanda y la oferta mundial de agua. Este déficit es inaceptable, especialmente cuando consideramos que el 30% del agua se pierde debido a fugas en las tuberías y que muchas ciudades enfrentan porcentajes aún mayores.
La infraestructura hídrica actual puede repararse sin grandes interrupciones en las ciudades. Amanco Wavin, una empresa de construcción e infraestructura de Orbia, sostiene que la clave está en adoptar soluciones que utilicen digitalización y tuberías flexibles, seguras y de máxima durabilidad. Es fundamental que se implementen soluciones más eficientes a gran escala, ya que las pequeñas contribuciones diarias, como tomar duchas cortas, son insuficientes para abordar este problema global.
Sin embargo, ¿por qué no se resuelve este problema? Excavando una ciudad, es incómodo y costoso, pero es crucial adoptar nuevas ideas y tecnologías que permitan reemplazar nuestra infraestructura obsoleta por redes de suministro más eficientes. Se necesita legislación que incentive la innovación, motivando a ingenieros y planificadores a diseñar y ejecutar sistemas más eficientes.
Todos somos parte de este cambio - ciudadanos individuales, iniciativas locales, empresas, instituciones del conocimiento - y es importante que alcemos nuestra voz para que quienes se encuentran en posiciones de liderazgo tomen conciencia sobre esta problemática, señala Víctor Guajardo, Gerente General de Amanco Wavin Argentina. Las ciudades no pueden tratar el agua como mercadería y las medidas que tomemos hoy tendrán un impacto significativo en el futuro.
La escasez de agua potable no solo es un desafío ambiental, sino también un problema de salud pública. Es urgente que se realicen inversiones en infraestructuras hídricas, especialmente en regiones como el sur de Asia, África subsahariana y partes de América Latina. Las futuras generaciones dependen de nuestras acciones presentes. Por ello, es esencial promover el uso racional del agua y concientizar sobre su valor.