La Última Sesión de Freud es una obra escrita por Mark St. Germain que nos lleva a un encuentro fascinante entre dos de las mentes más brillantes del siglo XX. En esta pieza teatral, el legendario psicoanalista Dr. Sigmund Freud, interpretado por Luis Machín, recibe en su casa de Londres al joven y prometedor académico C.S. Lewis, papel que recae en las manos del talentoso Javier Lorenzo. Este encuentro se produce el 3 de septiembre de 1939, día en que Inglaterra declara la guerra a Alemania, lo que añade una capa de tensión y urgencia a su conversación.
La obra se desarrolla en el hogar de Freud, donde los dos personajes discuten temas profundos y universales que aún resuenan en la actualidad: la existencia de Dios, el amor, el sexo y el significado de la vida. A través de un diálogo inteligente y provocador, St. Germain nos invita a reflexionar sobre las creencias y dudas que han marcado la existencia humana a lo largo de la historia. La habilidad de Machín y Lorenzo para dar vida a estos complejos personajes hace que la obra sea aún más cautivadora.
Desde su estreno en Nueva York el 22 de julio de 2010, La Última Sesión de Freud ha sido aclamada por la crítica y el público, convirtiéndose en un verdadero fenómeno teatral. Durante la temporada 2010/11, la obra recibió el prestigioso premio Off Broadway Alliance Award a la mejor obra, un reconocimiento que destaca su calidad y relevancia. Desde entonces, ha viajado por diversas ciudades del mundo, incluyendo Londres, Madrid, Tokio, Río de Janeiro, Los Ángeles, Estocolmo, México, Chicago y Seattle, llevando su mensaje a audiencias diversas y enriqueciendo el panorama teatral internacional.
En Buenos Aires, la obra se estrenó el 28 de enero de 2012 en el Multiteatro, donde también logró captar la atención del público argentino. La dirección de la obra y la interpretación de los actores han sido fundamentales para su éxito en cada una de las ciudades donde se ha presentado. La combinación de un guion poderoso y actuaciones memorables ha permitido que La Última Sesión de Freud se mantenga relevante y emocionante a lo largo de los años.
A medida que la obra se desarrolla, los espectadores son testigos de un intercambio intelectual que no solo desafía las creencias de los personajes, sino que también invita a la audiencia a cuestionar sus propias ideas sobre la vida, la muerte y lo que realmente significa ser humano. En un mundo lleno de incertidumbre, el mensaje de la obra resuena más que nunca, recordándonos la importancia de la reflexión y el diálogo.
En conclusión, La Última Sesión de Freud no es solo una obra de teatro; es una experiencia que invita a la introspección y al debate. Con la dirección de un elenco excepcional y un guion que toca temas atemporales, esta obra promete dejar una huella duradera en todos aquellos que tienen la oportunidad de presenciarla. La temporada 2025 en el Teatro Picadero será una despedida definitiva, pero el legado de esta obra perdurará en la memoria colectiva de quienes han sido tocados por sus palabras.