Cuando llega el calor, la piel del cuerpo reclama un lugar central en nuestra rutina de belleza. Para lucirla saludable, hidratada y firme, es clave adoptar cuidados específicos que la preparen y la mantengan en óptimas condiciones durante todo el verano. Desde la ducha hasta la hidratación, te compartimos una guía práctica para que tu piel se lleve todas las miradas.
1. Limpieza y secado
El cuidado de la piel empieza en la ducha, y la limpieza juega un rol fundamental. Según Karla Vasconcel, técnica cosmiatra y capacitadora de Lidherma, lo ideal es optar por productos que limpien y que también respeten el equilibrio natural de la piel. Fórmula Espuma Corporal de Lidherma es una excelente opción: desarrollada con activos que ayudan a mejorar el aspecto de la celulitis y la flacidez, además de exfoliar gradualmente para dejar la piel suave y tersa. Aplícala en la ducha con una esponja o manopla vegetal para potenciar su efecto, realizando masajes suaves y retirándola con agua tibia.
Una vez limpia, el secado es clave. En lugar de frotar con la toalla, lo mejor es secar la piel a toquecitos para evitar irritaciones y conservar la humedad natural. Este hábito sencillo prepara la piel para absorber mejor los productos hidratantes que apliques después.
2. Hidratación
Una buena hidratación corporal es esencial para mantener la piel elástica y evitar la flacidez, manchas o descamación. Para un tratamiento completo, Vasconcel recomienda Radian C Firming Body Cream, una crema enriquecida con vitamina C y antioxidantes que estimulan la producción de colágeno, mejoran la firmeza de la piel y contribuyen a unificar el tono. Su textura ligera es ideal para el verano y combate los radicales libres generados por la exposición al sol.
Como tip adicional, aplicá tu crema hidratante justo después de la ducha, cuando la piel todavía está húmeda. Esto ayuda a sellar la hidratación y maximizar los beneficios de los activos.
3. Exfoliación regular: el secreto para una piel pareja
La exfoliación corporal es otro paso importante para renovar la piel, eliminar células muertas y potenciar los efectos de las cremas. Optá por productos suaves y realizá movimientos circulares una o dos veces por semana, prestando especial atención a zonas como codos, rodillas y tobillos.
4. Protección solar: imprescindible en cualquier época del año
Si bien durante el verano somos más conscientes de los daños del sol, nunca hay que olvidar la importancia del protector. Aplícalo generosamente en todas las áreas expuestas y recordá renovarlo cada dos horas. Las zonas como el escote y los hombros son especialmente sensibles y merecen una atención extra.
Hacelo un hábito anual
El gran desafío del cuidado corporal es mantenerlo durante todo el año, no solo en verano. Incorporá estos pasos a tu rutina diaria, para disfrutar de una piel saludable y firme sin importar la estación.
Este verano, hacé que tu piel sea la protagonista. Con constancia y los productos adecuados, lucí una piel radiante mientras disfrutás del sol, la playa y las vacaciones.