Los niveles de colesterol en la sangre son un indicador crucial de la salud cardiovascular. En particular, el colesterol LDL, conocido comúnmente como colesterol malo, puede ser un factor determinante en el riesgo de sufrir enfermedades del corazón. Según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo en Argentina, 3 de cada 10 personas mayores de 18 años tienen niveles de colesterol-LDL superiores a lo recomendado. Esta alarmante cifra se traduce en aproximadamente 280 muertes diarias a causa de enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en el país.
La relación entre el colesterol y las enfermedades cardiovasculares es clara. Los niveles altos de colesterol LDL pueden causar la acumulación de placa en las arterias, lo que a su vez puede llevar a ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares. El Dr. Facundo Tornelli, especialista en lípidos, resalta que casi el 30% de los fallecimientos en Argentina son atribuibles a enfermedades cardiovasculares, lo que subraya la urgencia de un chequeo regular de los niveles de colesterol.
El colesterol se transporta a través de lipoproteínas en el torrente sanguíneo. Las lipoproteínas de alta densidad (HDL) ayudan a eliminar el colesterol, mientras que las de baja densidad (LDL) pueden depositarlo en las arterias. Con el tiempo, esta acumulación puede provocar el estrechamiento de las arterias, lo que aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares, advierte el Dr. Tornelli. Las enfermedades cardiovasculares representan un desafío constante debido a su alta tasa de mortalidad, siendo responsable del 85% de las muertes relacionadas con ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
El estilo de vida juega un papel fundamental en el control de los niveles de colesterol. Factores como la alimentación, el tabaquismo, el estrés, el consumo de alcohol y la falta de actividad física son determinantes. La Dra. Melina Huerin, cardióloga, enfatiza que si bien es esencial adoptar hábitos saludables, en muchos casos es necesario recurrir a tratamientos farmacológicos para alcanzar los niveles recomendados de colesterol LDL.
Los niveles de colesterol LDL objetivo varían según el estado de salud de la persona. Para un adulto sano, el objetivo debería ser menor a 116 mg/dl. Sin embargo, si hay factores de riesgo o antecedentes de eventos cardiovasculares, como un infarto, la meta puede ser mucho más baja. La Dra. Huerin detalla que en personas con antecedentes de eventos cardiovasculares, el colesterol LDL debe ser inferior a 55 mg/dl, lo que puede ser crucial para prevenir futuros problemas de salud.
Por último, es importante destacar que la hipercolesterolemia familiar es una condición genética que puede aumentar significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La detección y el tratamiento precoz son fundamentales. Conocer los niveles de colesterol no es solo una cuestión de salud individual, sino un desafío de salud pública. La prevención y el control del colesterol son esenciales para reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares y mejorar la calidad de vida.