1. Cambiar tus Electrodomésticos
Los aparatos eléctricos más avanzados tienen un consumo más eficiente de energía, lo que supone más ahorro para ti y menos impacto para el medioambiente. Opta por electrodomésticos con etiqueta energética A. Aunque la inversión inicial puede ser mayor, el ahorro en la factura de la luz a largo plazo compensará el costo.
2. Evitar el Consumo Silencioso
Un gesto tan sencillo como desenchufar los dispositivos eléctricos que no estamos utilizando o desconectar completamente los que tienen encendida esa pequeña luz roja puede proporcionarnos hasta un 10% de ahorro en nuestra factura mensual.
3. Cambiar las lamparitas
Una bombilla o lamparita LED de 6W consume significativamente menos que una bombilla incandescente o incluso una de bajo consumo, y además ilumina más. Sustituir todas las bombillas de tu hogar por LED puede representar un ahorro considerable al final del año.
4. Utilizar Apps de Consumo Energético
Tener una app que te permita controlar tu consumo te ayudará a ahorrar electricidad en tu hogar. Por ejemplo, el ENRE ofrece una aplicación que permite calcular el consumo de tus artefactos eléctricos y consultar tu consumo de energía eléctrica liquidada durante los últimos seis bimestres (sólo para usuarios de EDENOR y EDESUR). Tambien se pueden encontrar consejos para el ahorro de energía en el sitio creado por Naturgy.
5. Mantener la Temperatura Adecuada
Lo recomendable es mantener tu hogar entre 14º y 18º en invierno y entre 24º y 28º en verano. Con la ropa adecuada y una buena ventilación, puedes evitar ese grado de más o de menos que puede significar un incremento importante en tu factura. Para la calefacción, calienta únicamente los espacios ocupados y mantén una temperatura ambiente de aproximadamente 18°C. Es clave evitar obstruir radiadores y estufas y hacer uso inteligente del termostato. Además, la incorporación de burletes en puertas y ventanas puede minimizar las pérdidas de calor, contribuyendo a un ambiente cálido sin excesos en el consumo.
6. Revizar Artefactos a Gas
Una costumbre que no solo te permitirá evitar el consumo excesivo de gas producido por una mala combustión, sino que también te ahorrará averías y posibles accidentes. Contrata a un gasista matriculado para llevar las revisiones siempre al día y cubrir cualquier reparación o imprevisto que tengas.
7. Evita Cubrir los Radiadores
Los cubre-radiadores o cualquier otro elemento que obstaculice la salida de calor (muebles o ropa secándose) hacen que la casa no alcance la temperatura deseada, lo que te lleva a subir la potencia y, por ende, la factura. Mantener los radiadores limpios y purgarlos bien después de un tiempo sin usarlos.
8. Usar el Gas de Manera Eficiente
En cuanto a la cocción, la eficiencia también tiene su receta. Evitar el uso del horno y las hornallas como método de calefacción es el primer paso. La moderación en el uso del horno, cocinar con las ollas tapadas y ajustar la llama al tamaño del recipiente son prácticas que, además de seguras, optimizan el consumo de gas. El agua caliente es otro punto crítico en el consumo de gas. Usarla de manera racional, ajustar la temperatura en calefones y termotanques y optar por duchas breves son acciones que marcan la diferencia. Especial atención merece el mantenimiento del piloto, que debe permanecer encendido solo cuando el artefacto está en uso, y la elección de equipos de alta eficiencia energética.
Implementar estas ocho recomendaciones en tu rutina diaria no solo te permitirá ahorrar dinero en tus facturas de gas y electricidad, sino que también contribuirás a la protección del medio ambiente. Recuerda que pequeños cambios pueden tener un gran impacto a largo plazo.