El Festival de Cannes, en su 77ª edición, nos sorprende una vez más, esta vez con la revelación de su cartel oficial, una obra que encapsula la esencia poética y mágica del séptimo arte. Diseñado por el dúo creativo Hartland Villa, conformado por Lionel Avignon y Stefan de Vivies, el cartel es una ventana a la belleza hipnótica y la simplicidad aparente que caracteriza al cine. Pero, ¿qué hay detrás de esta elección de diseño y cuál es su significado más profundo?
La escena elegida para protagonizar este cartel proviene de Rhapsody in August , una obra maestra del gran maestro japonés Akira Kurosawa, quien tenía 81 años en el momento de su creación. Presentada fuera de competencia en Cannes en 1991, la película narra la historia de una abuela, víctima del bombardeo de Nagasaki el 9 de agosto de 1945, que transmite a sus nietos y a su sobrino americano su fe en el amor y la integridad como baluartes contra la guerra, a través de la ternura y la contemplación. Este penúltimo film del director de Sanshiro Sugata , Rashomon , Seven Samurai , Dersu Uzala y Dodes’ka-den , nos recuerda la importancia de la unión y la búsqueda de armonía en todas las cosas.
El cartel, así, no es solo una celebración del cine, sino un espejo de la sala de cine misma, evocando la inocencia y el asombro. El cine, al dar voz a todos, promueve la emancipación; al recordar las heridas, combate el olvido; al testimoniar los peligros, llama a la unión; al aliviar el trauma, ayuda a reparar a los vivos.
En un mundo frágil que constantemente cuestiona la alteridad, el Festival de Cannes reafirma una convicción: el cine es un santuario universal para la expresión y el compartir. Un lugar donde se escribe tanto nuestra humanidad como nuestra libertad. Este mensaje resuena ahora más que nunca, en un tiempo donde la necesidad de comprensión y empatía trasciende todas las barreras.
El Festival de Cannes siempre ha sido un escenario para el descubrimiento y la celebración del cine en todas sus formas. Sin embargo, con este cartel, el festival profundiza su mensaje, recordándonos que más allá del entretenimiento, el cine es un vehículo poderoso para la reflexión, el diálogo y, en última instancia, el cambio social. La elección de Rhapsody in August de Kurosawa no es casual; es un llamado a recordar las lecciones del pasado, a abrazar la paz y la reconciliación, y a cultivar la esperanza en un futuro mejor.
Este año, el festival no solo será un escaparate de las mejores y más innovadoras películas de todo el mundo, sino también un recordatorio de la capacidad del cine para unir a las personas, independientemente de su origen, cultura o creencias. El cine, en su expresión más pura, tiene el poder de transcender las fronteras, de sanar heridas y de construir puentes entre nosotros.
El cartel oficial del 77º Festival de Cannes es más que una simple imagen; es un manifiesto en favor de la paz, la empatía y la unión a través del arte cinematográfico. En tiempos de incertidumbre, el festival se erige como un faro de esperanza, recordándonos que, pese a nuestras diferencias, compartimos una humanidad común que puede, y debe, celebrarse a través del lenguaje universal del cine. Este año, el festival no solo promete ser una celebración del talento cinematográfico mundial, sino también un homenaje a nuestra capacidad colectiva de soñar con un mundo mejor.