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    • El peronismo: la vigencia de un fenómeno de masas

    • Autor: Victor Pinto
      Última Actualización: 2020-10-23 - 16:48:00
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    • El peronismo como fenómeno social político e ideológico volvió a cobrar centralidad en una Argentina afectada por una crisis residual agudizada por la pandemia mundial. Éste 17 de octubre, como en otras décadas se replantea nuevamente la naturaleza de un movimiento popular y su vinculación con su líder, mediante movilizaciones multitudinarias…
    • El peronismo ha sido, desde sus orígenes, un tema con una doble relevancia. Por un lado, se trata de comprender las significaciones profundas ligadas a un fenómeno que, sin lugar a dudas, ha marcado la totalidad de la historia política argentina desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Por otro, debido en gran medida a su carácter atípico respecto de los modelos teóricos clásicos de la sociología y la ciencia política.

      Tiene componentes míticos -idealizados por sus militantes- y también es contestatario a los modelos generados por las Cultura Dominante. Los dominados tienen en la figura de sus líderes temporales, la representación simbólica de sus fundadores, Juan Domingo Perón y Eva Duarte.

      Con otros actores, el reciente resurgimiento del debate sobre la naturaleza del populismo y los valores que lo embanderan -derechos civiles a las mujeres, derechos laborales, salarios, vacaciones pagas, jornada laboral, la movilidad social ascendente mediante la distribución de la riqueza proponiendo la equidad…- ha puesto nuevamente de manifiesto que, lejos de estar saldada, la discusión acerca de la especificidad discursiva e ideológica del peronismo abre el camino a múltiples puntos de vista.

      La actualidad latinoamericana -Brasil, Ecuador, Uruguay, Bolivia, Perú- incluso, la de algunos países centrales, otorgan al debate una relevancia que parecía perdida con el aparente triunfo de la política liberal-democrática como durante la segunda mitad de los ’80 y fines de los ’90.

      El fracaso de los intentos de constituir sistemas de partidos estables en el marco de modelos económicos, cuestionados en los países de la región, ha dado lugar a nuevas prácticas políticas que vuelven a situar a la categoría de populismo en el centro de las discusiones teóricas.

      Ernesto Laclau en su clásico trabajo de 1977, el autor rescataba los elementos esenciales de ese fenómeno: “…el populismo consiste en la presentación de las interpelaciones popular-democráticas como conjunto sintético-antagónico respecto a la ideología dominante…”

      En nuestro país luego de las marchas neoliberales, difundidas en los medios hegemónicos, generaron la reacción de los militantes o votantes, que apoyan a los gobiernos de centro izquierda. Ya no son sólo los obreros descamisados, sino también una clase media que pudo ascender durante esos gobiernos “tildados” de populistas por beneficiar o equilibrar la distribución de la riqueza equitativamente.

      El “pueblo” o “lo nacional-popular”, como lo denominan es un conjunto heterogéneo de interpelaciones tanto progresivas como regresivas, que se oponen a una forma particular de dominación,en el caso del peronismo, al régimen liberal oligárquico, pero no a la dominación en general….

      La inclusión como momento mítico del peronismo es, innegablemente, un fenómeno político ligado a la incorporación de nuevos sectores sociales al centro de las interpelaciones políticas, trabajadores movilizándose en vehículos particulares -autos , motos, ómnibus y camiones particulares- defendiendo los valores de los históricos proletarios. Desde 1943 se inicia, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, la incorporación política de las masas obreras, y que si bien a partir de 1945 dicha incorporación habrá de adquirir un carácter distinto, mucho más confrontativo, la subjetivación de la clase trabajadora en tanto destinataria directa del discurso peronista, es previa a ese momento, por lo tanto, no es simultánea a la irrupción populista.

      Ese 17 de octubre fue incorporado al mundo simbólico de los militantes, que lucharon y continúan haciéndolo, para mantener viva en el inconsciente colectivo la idea de Justicia Social, que se originó desde el poder, como expresión de una facción dominante en una coyuntura específica, pero luego una serie de circunstancias - golpes de estado y gobiernos liberales-lo llevarán a posicionarse ulteriormente como un discurso antipoder.

      Los grupos políticos tradicionales, condensados en 1945 , formando la Unión Democrática, buscaban de ese modo transplantar localmente la dicotomía dominante a nivel mundial, identificándose, a través del significante - La Gente , La Republica-,con el bando hegemónico