Cuando todo hacía pensar que ibamos a los penales, como en otros mundiales, Messi en una corrida, juntó suizos a su alrededor y le dio un pase a Di Maria que enfrentó al arquero y lo venció con un tiro cruzado, inalcanzable para el longilineo arquero rival, que no llegó a sacarla.
Cuando el dios del fútbol -Messi- no puede convertir, está su Ángel guardián para ayudarlo a completar su obra. Argentina logró un triunfo por 1-0 ante Suiza en el minuto 117 del tiempo suplementario y así selló su clasificación a cuartos de final de la Copa del Mundo Brasil 2014.
Si bien se ganó frente a Bosnia, Irán y Nigeria en la fase de grupos y ahora contra Suiza, el equipo no se muestra confiable, pero nos queda como consuelo que a los otros clasificados también les costó llegar al triunfo final.
Brasil le ganó por penales a Chile, Alemania en el suplementario a Argelia. Holanda superó a México en los últimos 5 minutos con un penal inventado y a Francia los nigerianos lo pusieron más de una vez contra las cuerdas. La sorprendente Costa Rica superó por penales a Grecia -que supo ser Campeón de Europa en el 2004-.
Se dieron los resultados lógicos y pasaron los primeros de cada zona. Ahora comienza el mundial donde se enfrentarán todos los ganadores e invictos de sus correspondientes grupos.
Esperanzados por Messi, Romero, Di María y Mascherano pero con muchas dudas con el resto. Igualmente disfrutemos el momento, muchos candidatos ya se volvieron con pena y sin gloria...
No dio la talla, al menos en el nivel que se pretende de un equipo con tanto talento individual, pero ganó, ganó esos partidos que le hacen creer a un equipo que nadie podrá vencerlo, que ante cualquier adversidad aparecerá un Messi, que los partidos no se terminan hasta que el árbitro pita el final y que no serán necesarios los penales, aún.
El primer tiempo del encuentro fue de desarrollo adverso para la selección de Alejandro Sabella y fue incluso Suiza el equipo que tuvo las más claras. La primera a los 27 minutos, cuando Sergio Romero tapó un increíble remate de Xhaka, y la segunda a los 32, cuando el propio arquero misionero se quedó con un remate mordido de Josip Drmic, quien había quedado solo ante el uno y sólo debía picarla.
Ya en el complemento, la Argentina salió más convencida de ir a buscar el triunfo y generó las ocasiones de las que no había dispuesto en la primera parte. A los 14 el arquero Benaglio tapó un cabezazo de Gonzalo Higuaín, de muy flojo partido. A los 20, en tanto, Messi controló la pelota con el pecho en la frontal del área y sacó un potente zurdazo que el portero suizo alcanzó a desviar por sobre el travesaño.
Diez minutos después Benaglio volvió a impedirle el gol a Messi, quien recibió la pelota por el centro y, tras correrse hacia la izquierda para quitarse las marcas de los suizos, encontró el hueco y remató al palo del arquero, que contuvo el disparo.
Los 90 minutos reglamentarios se consumieron sin goles para ninguno. La Argentina había dejado una mejor imagen con vistas a definir el partido en el suplementario que, sin embargo, volvió a mostrar una mejor imagen de los europeos en los primeros 15 minutos, aunque sin opciones claras de convertir.
Ya en el minuto 108 del tiempo agregado apareció Di María, quien no había mostrado lo mejor de su repertorio, pero nuevamente el arquero salvó a Suiza. El partido se escurría y la ilusión de evitar los penales también. Sólo una aparición de Messi salvaría las ropas...
Y Messi apareció. El hombre clave, el diamante en bruto, el que todo lo puede, tomó la pelota en el centro del campo rival, corrió varios metros hacia adelante llevándose las marcas encima, hasta que decidió abrir la pelota a la derecha para Ángel Di María, quien recibió, controló y disparó cruzado contra el palo derecho de un Benaglio ya vencido. Gol. Desahogo. Euforia.