Existen muchos tipos de alergias que afectan a gran número de personas en distintas partes del mundo. Sin embargo, poco se sabe de este término y por ello debemos comenzar con una definición para determinar cuándo estamos en presencia de una alergia.
Según la OMS, la alergia es una reacción exagerada del organismo al tomar contacto con sustancias que provienen del exterior. Esas sustancias provocan una reacción alérgica y son conocidas como sustancias alergénicas o alérgenos. Pueden llegar a nuestro organismo ya sea por inhalación, por ingestión o por contacto de la piel con el elemento alergénico. A los síntomas se les denomina reacciones alérgicas. Causas de las alergias:
En el cuerpo existe un sistema de defensa o sistema inmunitario que es donde se encuadra la alergia. El sistema inmunitario está constituido por un conjunto de células que se encuentran o bien circulando por la sangre o en distintos órganos de los que forman parte. La misión de estas células es el reconocimiento de elementos extraños que ingresan a nuestro cuerpo y a partir de ello organizar la defensa del organismo o establecer una respuesta inmunitaria de nuestro sistema que reconoce bacterias, virus o agentes ajemos causantes de infección. Si el sistema inmunitario funcionara mal, todo tipo de infección -como por ejemplo una gripe- podría traer consecuencias fatales dado que su progreso no puede frenarse por no contar con las defensas para hacerlo.
Existen ocasiones en que la respuesta inmunitaria puede causar problemas como por ejemplo cuando rechaza un órgano trasplantado, pues lo considera extraño y lo combate. Por este motivo, se administran una serie de medicamentos que reducen la acción inmunitaria.
También puede ocurrir que el sistema inmunitario confunda componentes de nuestro cuerpo con elementos ajenos y así inicie una reacción contra ellos, originando lo que se denominaría enfermedades autoinmunes.
Las alergias se producen con una respuesta inmunitaria ante la presencia de sustancias inocuas para el organismo. Por eso se dice que es una respuesta hipersensible o exagerada del organismo.
Ahora bien, cuando un alérgeno llega al organismo de una persona propensa a las alergias, el sistema inmunitario de esta persona emite una gran cantidad de anticuerpos llamados IgE. La continua exposición a ese alérgeno llevará a la liberación de mediadores químicos como la histamina que es la que produce los síntomas de la reacción alérgica. Hay diferentes tipos de alérgenos y distintas maneras de tomar contacto con ellos:
Por el aire que respiramos se pueden encontrar en pólenes de plantas, el polvo de las casas, hongos, y pelo de animales.
Por los alimentos ingeridos, tanto pescados, huevos, frutas secas.
Por ingesta de medicamentos por ejemplo la penicilina o la aspirina.
Por picaduras de insectos o mordeduras de animales.
Por contacto de la piel, con cosméticos o productos químicos, ropa, texturas.
Cabe aclarar que todos estamos expuestos ante estos alérgenos pero las respuestas que produce nuestro sistema inmunitario son de baja intensidad y no las percibimos.
Por eso es preciso aclarar que la alergia no se tiene frente a una sustancia sino que es la persona la predispuesta a dar una respuesta exagerada de su sistema inmunitario al tomar contacto con dicha sustancia lo que se conoce como la reacción alérgica.
Se considera que el 15% de la población mundial es alérgica a alguna sustancia pero no necesariamente todas las alergias revisten casos de gravedad, aunque algunas impliquen intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, como el sistema inmunitario se encuentra distribuido en el organismo, muchas alergias pueden ocasionar reacciones en cadena que afecten particularmente al cuerpo o a los órganos.
Así se produce lo que se denomina trastorno de la alergia.
Aparato digestivo provoca diarreas y dolor abdominal. En los ojos puede traer conjuntivitis, enrojecimiento y picor. En la nariz se puede producir rinitis. En la piel urticarias o eccemas. Y en el pulmón asma.
Para culminar, se debe conocer cómo se produce una alergia. Existen cuatro componentes que intervienen para que se desencadene una reacción alérgica: el alérgeno o las sustancias causantes de las alergias; la inmunoglobulina E que es el anticuerpo que produce el sistema inmunológico en respuesta al alérgeno; los mastocitos, que son células especiales ubicadas en la piel o en órganos húmedos del cuerpo como nariz, boca y ojos, cargadas de gránulos de histamina que es la sustancia que se libera en el proceso alérgico y la que provoca los síntomas de la alergia.