Lo curioso es que los topónimos de todas las naciones de la zona de los Balcanes, en sus respectivos idiomas se pronuncian de otro modo y sin embargo, a nivel internacional la de Montenegro suena tal cual y, aunque nos parezca, resulta que no proviene del castellano ni tiene relación con la presencia española en la zona.
Quien tenía destacada presencia en la región, fue la Serenísima República de Venecia, que contaba con su propio idioma: el veneto, una más de las lenguas romances, que a pesar de sus similitudes, no procedía del italiano.
Por lo tanto fueron los venecianos quienes luego de traducir Mons Niger del latin, al veneto, dieron el nombre a la región que hoy conocemos como Montenegro. Es que montaña negra en el idioma del veneto se decía literalmente monte negro y es una clara referencia al nombre que en tiempos de la Antigua Roma se dio a la zona, por el color que presentaban las laderas del monte Lovćen que, a lo lejos se veía de color oscuro.
Así es que, debido a la presencia veneciana, el arraigo del nombre en la historia y la facilidad para pronunciarlo y escribirlo para la comunidad internacional…. este país maravilloso a orillas del mar Adriático, continúa llamándose Montenegro.
El mundo está repleto de historias que no conocemos.