Uno es lo que consume. Pero quién nos vende lo que consumimos.
Sapos es la transposición porteña de Gorditas, del autor venezolano Gustavo Ott. En ella, cuatro empleadas de una agencia de publicidad se enfrentan para tener el mejor contrato, el mejor anuncio, y también, la mejor figura. Porque la imagen es todo. O no.
La inteligente puesta de Walter Rodríguez lleva al espectador a un universo irónico, mordaz y despiadado. La competitivad va de la mano de la traición, pero también de la lealtad. Cuanto uno más leal es, más trepa. O trepa lo suficiente para traicionar a aquel a quién en otra época, le era fiel.
Las cuatro protagonistas de esta ingeniosa obra se debaten entre vender una imagen o ser las mejores. Las dos cosas, el mundo masculino, no les permite fomentar.
Regidas por dictámenes machistas que las obligan a cuidar sus figuras, los personajes se enfrentan por una idea, una marca, y será quién mejor logre vender ese concepto -ahí entra en juego el Sapo- quién logre ascender en la empresa.
Martina sueña. Tiene sueños, es una poeta, quiere ir al espacio. Sus compañeras tratan de bajarla a Tierra, pero ella tiene una misión especial. Entre sonrisas y gestos fingidos, las protagonistas se van clavando cuchillos por la espalda.
Walter Rodríguez exprime el talento de las jóvenes protagonistas, explorando sus cualidades para el humor, expresando a través de "la pose", una forma de ejecutar un mensaje despiadado.
La escenografía se convierte en un circuito de ejercicios que plantea la impresión de que todo el escenario es una enorme pecera, donde estos personajes se juntan, se aman y se odian al mismo tiempo. Como pasar de la sumisión a la rebelión oportunista.
La ferocidad de un mundo más preocupado por el contorno, por los colores y los efectos especiales están representados, además por un ingenioso juego de luces que impactan directamente sobre el espectador. Pero cada efecto está construido para generar una sensación de incomodidad constante. No se puede confiar en los personajes. Los esclavos de hoy, por un golpe de suerte se convierten en los líderes del mañana.
Sapos es un excelente reflejo de la sociedad consumista, de las presiones y el lavado de cabezas, de que aún cuando se intenta retratar un universo femenino, las reglas las imponen hombres. Y a pesar, de que en el desenlace, los dominadores pasan a ocupar el lugar del sumiso, la sensación con la que se sale del teatro La Nueva Ratonera -un nombre bastante adecuado para una obra de estas características- es completamente pesimista.
Vivimos anclados en una rueda que sigue girando y girando sobre el mismo eje. Y que somos presos de una pecera construida por nosotros mismos.
Como dice aquella vieja canción de The Who: "Miren al nuevo jefe, es igual al antiguo jefe".
LA RATONERA CULTURAL Juan Domingo Perón 1422 Entrada: $ 200,00 - Sábado - 20:00 hs - Hasta el 25/11/2017