Curiosamente los mandatos culturales de los últimos tiempos, van en dirección a un nuevo tipo de sociedad. Los grandes maestros del derecho y de la sociología han estudiado las causas de los grandes agrupamientos sociales, sean ad vitam o at nativitatem al decir de los romanos. Es decir, agrupamientos socioculturales por nacimiento o por elección.
Esos preceptos filosóficos fueron siempre objeto de estudio indispensable, por cuanto de ellos las sociedades establecieron siempre sus normas de convivencia y de urbanidad para organizarse y convivir en un contexto de sanidad y respeto.
Hoy por hoy no existe en el discurso de ningún político, sin colores partidarios, que incluya en el proyecto indispensable de país mejor a los valores culturales y familiares.
Resultará indispensable volver a estos conceptos si verdaderamente queremos un mundo mejor. No hay manera de llevar a cabo proyecto alguno en la política que no contemple los valores familiares y la vital importancia de ese vínculo con la interacción societaria para cultivar los valores que le dan andamiaje a un pueblo sano y mejor.
Los paliativos parecen estar a la orden del día, al decir de los políticos de turno que prometen poner 2 policías por cuadra, en lugar de preguntarse: Por qué? hay que poner 2 policías por cuadra.
El ataque mas eficaz a la contracultura expresada mas arriba es fortalecer los vínculos primarios, dialogo, respeto, interacción y apostar a los momentos simples en familia. Lo demás viene solo.