Divididos se presentó en un repleto Teatro Gran Rex donde sus seguidores se dieron cita para escuchar rock nacional.
La banda formada por Ricardo Mollo y Diego Arnedo -luego de la disolución de Sumo tras la muerte de Luca Prodan- arrancó su presentación de manera sorpresiva ya que Mollo ingreso por los pasillos del teatro y empezó a cantar "15 - 5" donde se reveló un cuarteto de cuerdas encabezado por Javier Casalla.
Para Vengo del placard de otro se sumó Arnedo y para Vientito del Tucumán entró Ciavarella tocando el bombo por el otro pasillo del teatro.
Mollo y Arnedosupieron destacarse en cierta forma a partir de la diversidad ya que en sus trabajos han incursionado incluso en el folklore. Hechos como éste llevaron a Divididos a ganar el Premios Gardel -la distinción más destacada de la historia nacional- en reconocimiento a su enorma trayectoria, premio que han ganado gente como Charly Garcia, Luis Alberto Spinetta, Leon Gieco, Mercedes Sosa, Gustavo Cerati y tantos más de nuestro país.
Conformes con su estilo luego de la introcucción el recital derivó en una parte eléctrica donde interpretaron, El fantasio o Un alegre en este infierno -el trío suele hacerlo en vivo-, junto a clásicos como Sábado y Salir a comprar.
Mas tarde continuó una parte donde se sentaron con sus instrumentos eléctricos donde se dieron momentos brillantes como Dame un limón momento en que Mollo hizo un solo de trompeta con la boca, junto a las ya conocidas Spaghetti del rock, Par mil y Pepe Lui. En la canción La flor azul, donde se sumaron Diego Fiorentino y Casalla como invitados, el guitarrista hizo subir al escenario algunas chicas del público a bailar la chacarera.
El final llego con la aplanadora del rock haciendo lo que mejor hace, mostrando el virtuosismo de Mollo en la guitarra para tema como Haciendo cosas raras, Qué tal, Elefantes en Europa y Ala Delta. También incluyó algunas sorpresas como la extensa versión dub de Indio, dejá el mezcal, con un increíble solo de batería.
Luego de casi tres horas de recital, el público obligó a conceder un último bis: Crua Chan, un emotivo recuerdo de sus años dorados en Sumo.
En esta fecha, una de las dos que la banda tuvo en el recinto, Divididos mostró sutileza y poder, conciencia social y virtuosismo instrumental, talentos que caracterizan a la banda, sumando una performance brillante a este gran período de esplendor que atraviesan.