El mundo en el que vivimos esta concebido desde el vídeo-niño, pequeño ejemplar de ser humano educado en el tele-ver, delante de un televisor,celulares, video juegos, Internet, etc, incluso antes de saber leer y escribir.
Esta primacía de la imagen, la preponderancia de lo visible sobre lo inteligible, lo que nos lleva a un ver sin entender, la violencia es tomada como algo natural que se incorpora en nuestras vidas mientras jugamos o miramos la TV o navegamos en internet.
La imagen se ve y eso es suficiente - no se ve en chino, árabe o inglés- para verla basta con poseer el sentido de la vista, no necesita de un trabajo mental para llegar al concepto
Las civilizaciones se desarrollaron con la escritura y la lectura. Así fue que el hombre se fue transformando en un animal symbolicum, que comprende todas las formas de su vida cultural.
La capacidad simbólica de los seres humanos se despliega en el lenguaje, en la capacidad de comunicar mediante una articulación de sonidos y signos significantes, provistos de significado
La ruptura cultural se produjo a mediados del siglo XX, con la llegada del televisor y de la televisión, acrecentándose en este siglo con Internet y las redes sociales, que han generado una realidad virtual, en la que muchos viven absortos y masificados delante de una telepantalla.
Como consecuencia, el telespectador es más un animal vidente que un animal simbólico,le queda a la Educación Escolar la tarea de regenerar el habito de la lectura para llegar a la abstracción para conceptualizar una idea o un hecho.
A los medios audiovisuales masivos ni a los políticos les interesa que el ser humano piense. El ciudadano se ha transformado en un consumidor de todo lo que le ofrece este mercado global, con bajo contenido cultural llenan sus espacios con info-shows o idioteces que solo entretienen a audiencias que no razonan, ni pueden discernir entre lo verdadero y un montaje audiovisual.
En tanto los políticos utilizan la Video-política para llegar a electores cada vez más pobres en lo económico y en lo intelectual.
La cultura audio-visual que hoy es de la mayoría en esta aldea global, no altera la naturaleza ni el valor de una cultura. El costo de esta cultura de todos con gran mayoría es el desclasamiento en una subcultura que es además, cualitativamente incultura, entonces la operación de los medios y el aporte al desarrollo cognoscitivo de la humanidad representa solamente una pérdida.
Es un desafío de la Escuela y del sistema educativo en general incentivar a la lectura de textos, el problema que esta generación de dirigentes políticos son productos de esta cultura audiovisual.