Michael Mooreno es un director sutil. Mucho menos objetivo. Cuando estrenó la exitosaBowling for Columbinese trataba de una extensión de su programa televisivoThe Awful Truth. Sin embargo, el oportunismo y la profundidad de la investigación le otorgaron al productor, actor y presentador, abrir sus fronteras.
Después de la multipremiada y sobrevaloradaFarenheit 911, y las mejoresSicko y Capitalismo: una historia de amor, llega ¿Qué invadimos ahora?, en la que nuevamente continúa criticando las políticas sobre la ausencia de educación y salud pública en Estados Unidos.
Al igual que enSicko, Moore viajaba a Europa para demostrar como en el viejo continente –así como en varios países latinoamericanos- hay necesidades básicas que son gratuitas y libres. El país de la “libertad” carece de estos beneficios, , especialmente para inmigrantes. Con su típica ironía, Moore decide “invadir” Italia, Eslovenia, Islandia, Francia, Portugal, Finlandia y Noruega para demostrar los avances que las nuevas políticas desarrollaron en beneficio de la población.
Retrato pintoresco y superficial de estas naciones, ¿Qué invadimos ahora?presenta un panorama que a más de un estadounidense debe sorprender. ¿Es posible que a fin de año los italianos reciban dos sueldos? –aguinaldo- que en Francia, ¿los alumnos de escuelas primarias públicas de barrios humildes almuercen comidas preparadas por chefs y no tomen gaseosas? qué Finlandia tenga ¿el mejor nivel de educación por qué los maestros eliminaron las tareas? O que el sistema penitenciario noruego ¿parezca un hotel de 5 estrellas?
Muchas de estas políticas pueden no resultar tan sorprendentes en Argentina o América Latina, pero si lo son en Norteamérica. La guía turística Michael Moore por Europa muestra un paraíso que contrasta con las noticias referidas a los enfrentamientos con refugiados, el resurgir de grupos neonazis, la discriminación y persecución ideológica, y crisis financiera de España o Grecia, por ejemplo.
Sin embargo, la pretensión de Moore es demostrar que si Estados Unidos roba –o recupera- las ideas europeas, se pueden resolver los problemas internos. Es raro encontrar un documental con crítica constructiva, y Michael Moore lo consigue, aún cuando el retrato peca de cierta ingenuidad.
Ahora bien, solo porque Michael Moore lleva esas ideas, ¿va a cambiar algo la ideología estadounidense? Muy dudoso. Obviamente, hay una buena intención detrás del documental, y un claro guiño a Hillary Clinton para las próximas elecciones, ya que Moore demuestra que en Islandia, la participación de mujeres en la política y decisiones empresariales ha mejorado la economía del país, pero lo que Moore no aclara es todos estos países –o poblaciones, mejor dicho- tienen otra cultura y son mucho más reducidas en cantidad de habitantes que las sociedades metropolitanas estadounidenses que decide criticar.
Claro, como contraste está Túnez, donde las políticas misóginas fueron cambiadas por la población femenina, pero acaso ¿se puede comparar la ideología de un país con otro?
Más allá de la crítica, Moore se vuelve un viejo conservador que siente nostalgia por su juventud más rebelde. Tibio, menos profundo, discursivo y más directo, el director de Roger and Me ha perdido el cinismo que lo caracterizó en sus primeras obras o el ingenio para reestructurar un relato desde lo íntimo a lo global.
En ¿Qué invadimos ahora?no hay matices. Y sin embargo, a pesar de todo, tampoco se puede estar indiferente ante la cruel verdad: hay países que con poco, generaron un cambio. Quizás en vez de ser tan críticos con el pobre material cinematográfico, deberíamos reflexionar que podemos hacer nosotros para construir una sociedad mejor. Y entonces, el objetivo de Moore habrá cumplido su propósito.