Cuando el flamante modelo Galaxy Note 7 salió al mercado, el mundo de la tecnología se rasgaba las vestiduras sabiendo que Samsung había lanzado un modelo superador, con capacidades envidiables, y al alcance del público.
El Samsung Galaxy Note 7 se convirtió rápidamente en el objetivo de millones de compradores compulsivos de tecnología, esos que tienen que tener sus equipos bien al día, contando con cada uno de los dispositivos que oficializan las grandes marcas. Pero, el caso del Galaxy Note 7 fue diferente.
Si bien el equipo es innovador, y promete ser copiado y emulado, además de desarrollada por la propia compañía Samsung, en próximos años, llegó a los locales de venta de tecnología con muchos errores de fábrica que transformaron al equipo en un problema para sus dueños.
Ciertas características son, a priori, mucho menos urgentes que otras. El consumidor puede soportar, como ha pasado con los modelos iPhones, que el equipo no cuenta con una gran batería, y tener que verse obligados a comprar un gadget para expandir el tiempo de uso. El consumidor puede soportar algunos glitchs o bugs en el sistema operativo, que puedan ser solucionados más tarde mediante actualizaciones de urgencias. Pero el consumidor no puede soportar que un equipo explote a las semanas de haber sido adquirido, de ninguna manera. Y el mundo de los compradores de tecnología hizo sentir su enojo para con el Samsung Galaxy Note 7.
Por supuesto, la publicidad negativa que recibió el equipo –y bastante merecida fue- logró que Samsung, primeramente, decidiera entregar menor cantidad de equipos en sus puntos de venta. Luego, buscaron suspender la venta del producto y hoy, finalmente, han decidido dejar de fabricar el Samsung Galaxy Note 7.
Samsung ha llegado, incluso, a lanzar un comunicado solicitando a los usuarios del Samsung Galaxy Note 7 que dejen de usar el producto, que apaguen los equipos y los desconecten, y que pidan que les devuelvan su dinero en la tienda que los hayan adquirido, o bien intenten cambiarlos por otros teléfonos.
"Hemos reajustado recientemente los volúmenes de la producción para llevar a cabo una exhaustiva investigación y un control de calidad, pero al considerar prioritaria la seguridad del consumidor hemos tomado la decisión final de parar la producción del Galaxy Note 7," indicaron desde Samsung, cuyas acciones en Seúl cayeron en un 8% tras los incidentes.
"Dado que la seguridad de los consumidores sigue siendo nuestra principal prioridad, Samsung va a pedir a todos los operadores y minoristas asociados que cancelen a nivel global las ventas y los recambios del Galaxy Note 7 mientras esté teniendo lugar la investigación sobre el asunto", siguen los comunicados.
La crisis del Samsung Galaxy Note 7 afecta a Samsung tanto en el plano económico director como en los gastos que la marca deberá realizar en cuestiones de multas, investigación y marketing, por lo que significa un cimbronazo importante y un fracaso notorio de la compañía coreana.
Poco duró la vida del Samsung Galaxy Note 7, un equipo de telefonía inteligente cuya tecnología promete ser la punta de lanza de las innovaciones futuras. Lamentablemente, comenzó con el pie izquierdo.