¿Porqué es tan difícil desprenderse de las prendas de vestir?
Varios motivos estarían asociados a la dificultad de desprenderse del tan preciado bien, uno de ellos está ligado a que la vestimenta nos representa y la adquisición de este bien constituye una importante inversión.
Por otra parte, sucede que con las prendas se experimentan emociones que trasladan a la persona a algún recuerdo. He aquí, cuando uno debe ser consiente de que los objetos que nos visten carecen de sentimientos aunque le atribuyamos emociones.
Analizando el tema un poco más en profundidad, también se sabe que la situación de dudar en deshacernos de una prenda responde sencillamente a las memorias que se asocian a la prenda en cuestión.
Sin embargo, hay prendas que merecen ser preservadas. Claro, pero no en un ropero. En otro espacio, en un lugar seco y dónde no exista la posibilidad de ser invadidos por insectos que puedan llegar a destruirla. Hay que liberar los armarios y dejar espacio para prendas de utilidad Actual, no para cosas que estén en desuso. Liberar la energía estancada permite fluir; ponernos en armonía con el todo y mejorar la calidad de vida.
La moda de lo vintagesurgió años atrás, por definición se utiliza para referirse a aquellas prendas o accesorios que han sobrevivido al menos veinte años después de su creación convirtiéndose en un clásico preciado. Sin embargo, en el mundo de la moda, el término se viene utilizando vulgarmente para catalogar también artículos nuevos inspirados en los clásicos, que en realidad son de estilo retro, tendencia ésta que ha revivido el deseo de guardar o conservar -claro que no es aplicable para todos los objetos de indumentaria-.
Los textiles bajos condiciones desfavorables se deterioran con inusitada rapidez, se deforman y pierden resistencia. Sus propiedades dependen del origen de la fibra usada en su manufactura. Las fibras celulósicas -lino, algodon- tienen una química diferente a la de las fibras proteicas -lana, seda-. Controlar el medioambiente que rodea los textiles es lo más importante para asegurar su preservación. El concepto vintage, es aplicable como fuente de inspiración, o utilizando un modelo como patrón para volver a repetirlo. Hay que tener presente que no todos los textiles pueden volver a utilizarse, dependerá el tipo de conservación que ha tenido. Hoy en día, hay ciertas tendencias de consumo minimalista en la moda. En lugar de las compras compulsivas, varias bloggeras le apuestan a tener solo ciertas prendas básicas.
En 1930, una mujer tenía un promedio de 9 atuendos, según lo señala Elizabeth Clineen su libro Overdressed: The Shockingly High Cost of Cheap Fashion. En Estados Unidos, se compran en promedio 64 prendas por persona cada año. Se estima que una mujer solo usa entre el 20 y el 51 % de la ropa que tiene en su clóset.
¿Cómo podemos tener menos ropa?
De acuerdo con el blog becomingminimalist, algunos buenos consejos son: donar o regalar lo que no se usa, no tener más de un mismo elemento -ejemplo, solo una remera negra-, poner un límite mensual para gastar en prendas, y usar pocos colores, menos colores implican menos accesorios para combinar.
Otro ejemplo es Project 333, una iniciativa del blog Be more with less que invita reducir el clóset a solo 33 piezas -incluyendo zapatos y joyería-, durante 3 meses. Después de ese periodo, el siguiente paso es donar aquellas prendas que no se hayan usado y continuar con un nuevo ciclo de 3 meses con las piezas que sí hayan estado entre nuestros atuendos.
Ante las evidentes consecuencias en el planeta de nuestro exceso de consumo, varios estudios respaldan este tipo de iniciativas. Según una investigación académica, las experiencias pueden darnos más felicidad que los objetos. Cuando compramos objetos, tendemos a pensar en aquellos que no elegimos, lo que nos genera frustración, algo que sucede con menos frecuencia cuando se trata de un viaje o una cena, por ejemplo.
¿Cuáles son las prendas básicas e indispensables a la hora de vestirse?
Una camisa blanca, combina con todo.
Un Pantalón negro formal, siempre va a salvar en ocasiones como una cena, una fiesta y hasta para ir a una entrevista de trabajo. Lo importante es elegir uno en un lino de excelente calidad y completamente negro.
Vestido negro de cóctel. El eterno y siempre agradecido little black dress siempre está a la orden para salvar en un apuro.
Un Jean para un look casual.
Un swetter básico y neutro -blanco o negro-.
Remeras blancas cuello V o redondo de algodón.
Abrigo negro clásico. Indispensable resulta invertir en esta prenda ya que durará años. Un abrigo en color oscuro es atemporal y siempre va muy bien en la noche.
Para completar el placard hay que poner atención en contar con Zapatos en color negro, no muy altos, una chaqueta cuero para la oficina o para salir y, por último, zapatillas deportivas.
Hay que animarse a desprenderse.