Los juegos del hambre fue inicialmente concebida como un relato para adolescentes, pero Suzanne Collins, la autora, pensó, al terminar el primer libro, que esta historia daba para mucho más. Y dio.
Luego de tres novelas y cuatro películas, podemos decir que esta historia es mucho más que una simple novela para adolescentes. Es una historia para todo público, que puede enganchar tanto a los jóvenes que son sus principales destinatarios, como a adultos sin prejuicios, dispuestos a adentrarse en una historia diferente.
El planeta tierra ya no es lo que era siglos atrás. Todo ha desaparecido, excepto una zona denominada Panem, que fue construida en lo que antes era Estados Unidos. Panem estaba dividida originalmente en trece distritos, coordinados y gobernados por el El Capitolio. Una rebelión que buscaba la independencia, derivó en una represión brutal por parte del Capitolio que dejó a los distritos empobrecidos y en manos de crueles dictadores, y eliminó por completo al Distrito 13.
Como recordatorio al pueblo de lo que es capaz el Capitolio ante cualquier tipo de rebelión, todos los años se realizan Los Juegos del Hambre, un reality show donde 24 niños y adolescentes de entre doce y dieciocho años, dos por cada distrito, son enviados a una arena donde deberán luchar por sus vidas con una sola regla a respetar: matar o morir. Katnis Everdeen, de dieciséis años, está acostumbrada a luchar por su supervivencia y las de su madre y su hermana menor Prim, de doce años. Tras la muerte de su padre en una explosión en la mina del Distrito Doce, Katniss viola todas las reglas del Capitolio, saliendo de los límites de distrito para cazar y recolectar frutas para dar de comer a su familia y vender en el Quemador para poder hacerse con otros elementos de primera necesidad. En estas andanzas la acompaña su gran amigo Gale, también a cargo de su familia tras la muerte de su padre en las mismas circunstancias que el padre de Katniss.
El Día de la Cosecha de Tributos, los niños y adolescentes que participarán en Los Juegos del Hambre, todos los habitantes de Panem se reúnen en la plaza principal de su distrito para presenciar el sorteo. Prim participa por primera vez y con la suerte en su contra es una de las elegidas. Katniss se ofrece como voluntaria para reemplazar a su hermana y junto a Peeta Mellark, el hijo del panadero, serán los representantes del empobrecido Distrito Doce.
Con una prosa clara, Collins nos lleva por la vida de los habitantes del Distrito 12 a través de la mirada de Katniss, sus necesidades y dolores, y también, aunque escasas, sus alegrías. La preparación de los Tributos para combatir y las luchas y alianzas en la arena, muestran la crueldad y el sadismo del Capitolio, que muestra a cada minuto cómo la vida y la muerte de cada persona de Panem dependen exclusivamente de los caprichos y malhumores del presidente Snow.
Si bien, la trilogía se encuentra en las librerías en la sección infanto juvenil, Los juegos del hambre no se quedan en ese segmento, ya que difiere de la mayoría de las novelas destinadas a los adolescentes en su planteo crítico ante las diferencias sociales que acosan al mundo y, fundamentalmente, en una muestra de lo que los regímenes totalitarios hacen a los pobladores, maltratándolos, quitándoles sus libertades y volviéndose dueños de sus vidas y sobre todo, de sus muertes.
Al acercarnos a la realidad de los habitantes de Panem, nos encontramos con una sociedad reprimida y pobre, cansada de la opresión en manos de un gobierno totalitario, que castiga con la muerte hasta el mínimo delito. Y entre la pobreza y el maltrato, el germen de la libertad, de la revolución, que a lo largo de la historia verá en Katniss, la joven que arriesga su vida para salvar lo que más ama haciendo frente a los poderosos, la encarnación de sus sueños de libertad, la excusa perfecta para hacer frente, luego de setenta y cinco años, al Capitolio.
Sinsajo. El final, la cuarta película de la serie de Los juegos del hambre, cierra la crónica de Katniss y su pueblo. Con muy buenas actuaciones tanto en los actores principales como en el grupo de secundarios, la película lleva adelante una adaptación bastante fiel de la obra de Collins, con algunas modificaciones que son necesarias para el buen traspaso del papel a la pantalla grande, pero que no hacen que el relato cambie en su conjunto.
Con excelentes resultados en el plano técnico, el espectador se ve transportado a los distintos escenarios, tanto a nivel visual como sonoro, dando a cada escena el dramatismo necesario para sentir en carne propia la lucha de los protagonistas por recuperar la libertad y dar a todos un futuro mejor.
La premiada Jennifer Lawrence es quien da vida a la heroína Katniss, y junto a los actores Josh Hutcherson, en la piel de Peeta, y Liam Hemsworth, como Gale, forman el trío principal de esta historia. Los grandes Donald Shuterland, Julianne Moore, Woody Harrelson, Stanley Tucci y el ya fallecido Philip Seymour Hoffman son el soporte ideal, interpretando a los adultos que decidirán e influirán, para bien y para mal, sobre los jóvenes protagonistas.