¿El fin de un emblema porteño? El Palacio de la Papa Frita, ícono de la Avenida Corrientes, podría cerrar debido al pedido de desalojo de uno de sus socios, dueño del local. Miguel Paz Ceminara, el propietario, habría decidido alquilar el espacio a una conocida red de pizzerías. Quiere matar la historia del Palacio de un plumazo, reclama Ricardo Maidana, socio mayoritario de la cadena, aunque no dueño del local.
Debido al conflicto, se perderían fuentes de trabajo y un restaurante mítico porteño que pasó de generación en generación con sus famosas papas soufflé.
El Palacio de la Papa Frita, protagonista desde hace décadas de las comidas después del teatro o el cine, y favorito de los famosos, recibió un abrazo simbólico el pasado lunes para evitar su cierre: los 51 empleados de la sucursal, más los 200 de las sedes restantes, fueron acompañados por artistas, deportistas, políticos, periodistas y actores.