En Inusrgente todo se transforma en lo mismo: la protagonista interpretada por Shailene Woodley, se debate entre su parte violenta y su parte conciliadora, algo ya esbozado en la primera parte cuando tiene que optar por la violencia para defender a sus padres mientras en su interior opera el proceso transformador de la divergencia y aparecen rasgos de liderazgo que pondrán en jaque el control social ejercido por la villana en la piel de Kate Winslet.
Si hay un film donde la puntería en los disparos deja bastante que desear y encima de ello ocupa varios minutos en secuencias que no terminan de cerrar a nivel coreográfico y mucho menos en lo que hace a lo visual más allá de la parafernalia aportada por los efectos digitales, sin lugar a dudas esta secuela es el ejemplo palpable de que a veces por más que se cuente con un presupuesto millonario y guionistas de la talla de Brian Duffield, Akiva Goldsman y Mark Bomback, se puede malograr todo tipo de escena o secuencia pensada desde el punto de vista de la acción. Cuando de drama se trata, la historia permite sumarle a la protagonista los conflictos propios de la transformación anteriormente citada y agregarle los guiños románticos para que todo el público quede satisfecho con esa parte del interés amoroso ya sugerido en divergente.
Respecto a la trama en sí misma, poco se avanza en relación a la dinámica de las castas y a la división de las generaciones recluidas y enfrentadas entre sí como parte del plan maestro del control social y el oscurantismo de todos los involucrados en el experimento tras no conocer la verdadera historia y aquello que los llevó a la división en castas. Sin spoilear aquí podemos anticipar que parte de ese misterio encontrará una somera explicación, pero el carácter infantil del argumento deja con la boca abierta a mas de un espectador siempre y cuando no haya contacto con los libros de la autora Verónica Roth.
En resumen, Insurgente es más de lo mismo aunque con las salvedades de que el director Robert Schwentke no se maneja con tanta ductilidad a la hora de recrear escenas de acción.