Fue la primera aparición en público luego de su estadía en Clínica de Otamendi -debido a un cuadro de sigmoiditis, generada por la inflamación e infección del colon, en la parte llamada sigmoide- y su retiro por una semana a sus tierras de El calafate, regresó Cristina Kirchner, que en vísperas de un paro propuesto por los diversos gremios del transporte público de pasajeros.
La primera mandataria descartó cambios en el gravamen y se preguntó: Nos dicen que hay que eliminar o bajar Ganancias. ¿Cómo hacemos para financiar obra pública si no cobramos impuestos?.
Estas declaraciones generaron una inmediata respuesta de los gremialistas opositores. El dirigente Juan Carlos Schmid -de Dragado y Balizamiento-, que integra la CGT de Hugo Moyano, afirmó que con el impuesto a las ganancias, la AFIP recauda 50.000 millones anuales.
Así en forma retórica, le consultó a la Presidente que si gasto social lo tienen que pagar los trabajadores nada más, o existen otros sectores de la vida económica que tienen mayor capacidad contributiva y que el Gobierno no tiene el coraje para involucrarlos en el gasto social.
En tanto, Marcelo Uhrich - de Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales -UPSA-, fue directo al grano y cuestionó que en estos 14 años perdieron la oportunidad de hacer una reforma financiera, porque hay un tributo a la renta financiera. Todo sale del bolsillo de los trabajadores.
Reapareció Cristina y ya generó con sus discurso que la medida de fuerza del jueves pasado se extendiera más de lo previsto por Moyano.
Se viene un fin de año caliente. A la Presidente le queda un año de mandato, pero en la situación que se encuentra el país y la política argentina, este tiempo le parecerá un siglo.