El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Rafael Ramírez viajó a Teherán donde se entrevistó con el Ministro del Petróleo iraní, Bijan Zanganeh, a fin de acordar una estrategia común para incrementar el precio del barril de crudo.
Zanganeh reconoció que Es difícil volver a los viejos precios, pero debemos tratar de mejorar los precios tanto como la actual situación del mercado lo permita.
Ambos países son considerados, entre los miembros más duros de la Organización de los Países Productores de Petróleo -OPEP-, y junto a Libia y Ecuador propondrán -en la próxima reunión de la OPEP, que se celebrará el 27 de noviembre- una reducción en la producción para evitar que el precio siga disminuyendo, el cual ha caído un 30 % en los últimos cuatro años.
Para el presidente venezolano Maduro, Washington ha manipulado el mercado, por motivaciones políticas, haciendo que exista una sobreoferta de crudo, a fin de afectar los intereses económicos y políticos de Irán, Rusia y Venezuela.
La reducción en el precio del petróleo ha privado a Venezuela de importantes recursos, los cuales no puede suplir con su economía poco diversificada y con un escenario político complicado por las diferencias internas entre diversos sectores del chavismo y con la oposición; y una economía que soporta un desabastecimiento sistemático de numerosos productos.
Por su parte, Irán debe soportar una serie de sanciones sobre el petróleo y otras de carácter financiero, con motivo del rechazo de EEUU y sus aliados al Programa nuclear iraní. Además, no podemos ignorar la conflictividad creciente que afecta al Medio Oriente y en la cual Irán juega un rol primordial, por su alianza con el régimen sirio de Bashar Al Assad y el Hezbollah, lo cual, junto a las sanciones antes mencionadas, lo mantiene aislado del mundo. Aunque Teherán se ha acercado a Moscú para tratar de escapar a su complicada relación con el mundo occidental, Rusia, debido a su rol en el conflicto en Ucrania- también ha sido blanco de las sanciones promovidas por EEUU y sus aliados, y con ello, no parece representar el mejor aliado para mejorar la actual situación iraní.
Algunos analistas creen que la situación con el precio del petróleo que afecta, entre otros a Irán y Venezuela, se inscribe en un escenario internacional que parece adoptar ciertas características propias la llamada guerra fría, aunque el contexto internacional no sea el mismo.
Por una parte, para Venezuela será difícil seguir abasteciéndose de armas y equipos militares rusos, que alcanzaban cifras estrafalarias ?en el pasado reciente- para una economía como la venezolana que no logra satisfacer adecuadamente las necesidades básicas de su población.
En cuanto a Irán, Teherán deberá encontrar maneras alternativas para continuar con su alianza -e influencia- con el Gobierno sirio como con el Hezbollah, con su aporte financiero, militar y logístico.
Asimismo, debemos recordar que Venezuela como Irán han forjado desde los tiempos de Chávez y Ahmadinejad, una alianza, a la que se sumaron Nicaragua, Ecuador y Bolivia, por compartir sus posturas en contra de los Estados Unidos y tratando de escapar al aislamiento que Washington ha tratado de imponer a dichos países en la comunidad internacional. Tanto EEUU como Israel han afirmado que dicha alianza permitió, entre otras cuestiones, que el grupo Hezbollah extendiera sus actividades a América Latina bajo el amparo de los Gobiernos de dichos países y el apoyo de Irán.
Las situaciones antes descriptas son un claro ejemplo de cómo la economía puede afectar a la política y hacer tambalear estrategias que hasta no hace mucho tiempo parecían imperturbables tanto en el Medio Oriente como en América Latina.