El creador de Once vuelve a salirse con la suya al demostrar su habilidad para construir un relato que se acerca por su estructura narrativa a una suerte de canción de larga duración. Como si se tratara de esas pequeñas historias que narran alguna aventura romántica en tres minutos y con estribillo pegadizo, el film irrumpe con la fuerza de los acordes melosos de una balada para describir el derrotero de dos almas bastante solitarias que se encuentran en particulares momentos de cada una de sus vidas.
Perdedores o al menos personajes que esquivan el atajo de los convencionalismos y no persiguen las metas del éxito a expensas de perder cierto grado de autenticidad, Dan -Mark Ruffalo- y Gretta -Keira Knightley-comparten la sensibilidad por la música y a pesar de la diferencia etaria parecen estar unidos por algo que es más fuerte que el tiempo e intangible como esa sensibilidad propia de los artistas frustrados. El pasado de cada uno acumula sueños sin cumplir y un par de asignaturas pendientes, que necesitan ese empujón del azar y la partida de cartas favorable para inclinar la balanza de la mala suerte. Ella posee talento para componer baladas y canciones pop y él cuenta con el ojo clínico y el oído no contaminado de música chatarra para reconocer en esa joven,que descubrió en una noche de resaca en un bar neoyorkino, un diamante en bruto.
A partir de esa unión que llega en la trama desde una fragmentación del relato para romper la clásica linealidad que predica el género, el resto del film se encarga de afianzar los climas de un romance platónico más que real, para complementarlo con el proyecto que une a los personajes: grabar un disco en vivo en locaciones externas para luego ganar o no la venia de un estudio o compañía discográfica dispuesta a comercializarlo.
Begin again no es más que eso, ni menos; una anécdota muy bien contada y estirada que acumula video clips y melodías pegadizas con el fin de encontrar un equilibrio entre el cine mainstream que solamente apuntaría al pretexto comercial para vender la banda sonora y el amor por el género y la música, nuevamente consolidado en este tránsito hollywoodense que, de acuerdo al éxito de la taquilla, anticipa una segura secuela bajo el mismo modelo de locaciones en otras partes del globo tal como presagia también desde el propio guión el personaje de Gretta al proponerle a Dan grabar otro disco en Europa.